Google ha dado el visto bueno hoy para que comiencen las compras con Android Pay. Estará inicialmente disponible en los EE. UU., donde ya está creada desde hace meses la infraestructura de pago electrónico por tokens gracias a Apple Pay, y que en el resto del mundo irá llegando poco a poco, pero no tan rápido como a algunos nos gustaría.
Google Wallet ha pasado a un segundo plano, aunque no desaparece (por ahora, aunque seguro que no pasa de la próxima limpieza de primavera de aplicaciones y servicios). Android Pay está disponible para teléfono con Android 4.4 o superior y que dispongan de NFC, y da soporte a todo tipo de tarjetas de crédito y débito (Visa, MasterCard, Discover y American Express), independientemente del banco y operadora.
Los que tuvieran instalada la antigua aplicación de Google Wallet recibirán una actualización a Android Pay. La aplicación de Android Pay en sí aparecerá en los próximos días en Google Play Store.
#AndroidPay is rolling out starting today --> http://t.co/pVZarDd9nq pic.twitter.com/qSHnEiCQmP
— Android (@Android) September 10, 2015
Sobre el pago electrónico
El suceso más importante en los últimos tiempos en el terreno de los pagos electrónicos ha sido el continuo desarrollo de la normativa ISO 14443 que regula el uso de tarjetas de identificación electrónicas con RFID en proximidad mediante tokens, como puedan ser las tarjetas de crédito o los teléfonos con NFC. El último borrador es de abril de 2014, y es el que usó Apple para crear Apple Pay.
La securización por tokens significa que al pagar no se intecambia información personal del portador, sólo un identificador único que fuera de esa transacción tiene poca o ninguna utilidad. Es por esto que, además, Google y Samsung también han copiado el sistema de pago de Apple Pay para incluir soporte a un lector de huellas que permita agilizar la confirmación de un pago.
En la práctica, los tres sistemas son iguales, utilizan prácticamente la misma infraestructura establecida previamente para Apple Pay por los bancos y sistemas de pago, y por tanto sólo varían ligeramente en la forma de pagar y en su seguridad (siendo la de Apple Pay mayor). El beneficiado en este caso es el consumidor, que podrá realizar pagos de manera rápida y cómoda con sólo acercar su teléfono a un TPV (no confundir con datáfono, que no es lo mismo).