El futuro de los cables para teléfonos (y casi cualquier dispositivo electrónico) es el conector USB Type-C. Al ser pequeño, reversible y capaz de transportar datos, vídeo y alimentación a través del mismo cable, lo convierten en muy versatil. Pero la desventaja es que necesita tiempo para implantarse, y también que los usuarios desechen sus cables micro USB y compren nuevos cables.
Curiosamente Google ha tomado la decisión de incluir en la caja de los nuevos Nexus solamente un cable USB Type-C a Type-C, en vez de Type-C a Type-A (el conector rectangular habitual de los cables USB usado para conectar al PC, por ejemplo). Lo que significa esto es que, si te compras un Nexus, si quieres recargarlo conectándolo al PC tendrás que gastarte 15 euros más en la tienda de Google en un adaptador o un nuevo cable.
Teniendo en cuenta que se va a vender por 479 euros en España, sumándole el coste del adaptador ya son 494 euros. Si la decisión de Google era que la línea Nexus sea exclusiva de los desarrolladores y aquellos que quieran actualizaciones rápidas y Android puro, ha dado en la diana en todos los aspectos.
Drama. Me encanta el drama, porque en realidad quiero un Nexus 5X, pero, ¿500 euros? ¿En serio, Google?