Microsoft lanzó al mercado el pasado 29 de julio la versión Windows 10, y el 26 de agosto ya había 75 millones de equipos funcionando con ella. Pero el ritmo de adopción ha echado el freno, y seis semanas después se encuentra en 110 millones de equipos, apenas 35 millones más.

La adopción está teniendo un ritmo normal, quizás un poco lenta para lo que tiene acostumbrado las actualizaciones de OS X, pero son dos perfiles de usuario totalmente distintos. Los usuarios de Windows no suelen mostrar interés por las actualizaciones, prefiriendo no tocar las cosas mientras funcionen bien.

Microsoft quiere que en dos a tres años Windows 10 esté en 1.000 millones de dispositivos y quizás lo logre, pero le va a costar y seguramente roce más bien los tres años para conseguirlo. El ritmo de adopción irá cayendo todavía más, y de mantenerse a 30 millones al mes tardaría algo unos 30 meses.

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