En la era de la máxima preocupación por la privacidad, los dispositivos con cámara son un grave riesgo y una fuente de preocupación para ciertos usuarios. Hay más de un malware que es capaz de hacerse con el control de tu webcam sin hacer que se encienda el piloto de activación. Pero que las cámaras de algún fabricante no se apaguen cuando crees que deberían estarlo, es un problema más grave.
Es lo que han descubierto en ABI Research al desmontar una Nest Cam, la empresa de domótica propiedad de Google. Cuando la cámara está supuestamente apagada, está consumiendo la misma cantidad de energía que cuando está encendida, y han comprobado que por tanto se mantiene en funcionamiento incluso cuando se la apaga a través de su aplicación de gestión (no tiene botón de apagado).
Según las pruebas que han realizado con otras cámaras y sistemas similares, cuando se apagan el consumo se reduce entre 10 y 100 veces, mientras que la cámara Nest Cam pasa de consumir 370 mA a 340 mA, que puede representar simplemente el apagado de los LED que incluye. Puesto que la cámara sigue manteniendo la corriente de funcionamiento, sus componentes continúan en funcionamiento, y por tanto la cámara también.
El concepto de encendido y apagado de la Nest Cam está orientado a que encendido es que está vigilando la habitación activamente, y apagado es que no está vigilando activamente en busca de movimientos y sonidos. Pero según Nest, que la cámara esté activa no significa que esté grabando nada (enviándolo por internet). Pero potencialmente es un problema de seguridad y privacidad para sus dueños.
Vía: Ars Technica.