Apple llevaba tiempo siendo investigada en Italia con motivo de una posible evasión de impuestos realizada entre los años 2008 y 2013, aunque no de la manera habitual de dejar de declararlos porque sí. Más bien se trataba de una concepción de los impuestos distinta, tanto por parte de Apple como de Italia.
Apple entendía que al facturar a través de las empresas en Irlanda estaba exenta de pagar los impuestos sobre beneficios de más de 1.000 millones de euros movidos a Irlanda, y el gobierno italiano era de la opinión de que esos impuestos se tendrían que haber pagado en Italia. Finalmente han llegado gobierno y empresa a un entendimiento, y Apple pagará 318 millones de euros por esos impuestos no pagados en Italia.
Desde el 1 de enero de este año, las grandes compañías emiten las facturas en función del lugar de residencia del comprador en lugar de dónde se encuentra el domicilio fiscal de la empresa, por lo que es más difícil ahora realizar contabilidad creativa que lleve al impago del IVA y otros impuestos.
Vía: The Next Web.