Intel ha presentado sus resultados económicos correspondientes al primer trimestre del año, y en principio no son ni buenos ni malos. Ha ingresado 13.700 millones de dólares, un 7 % más que en el mismo periodo de 2015, y los beneficios han sido de 2.000 M$, siendo los mismos que el año pasado.
Pero no contentos con haber tenido unos buenos resultados, la compañía ha decidido anunciar recortar la plantilla en un 11 % de sus 108.000 empleados, o unos 12.000 trabajadores en total. Lo van a realizar mediante bajas voluntarias y despidos, y supondrá un coste para la empresa de 1.200 millones de dólares. Aun así, la dirección cree que ahorrará 750 M$ este año y otros 1.400 M$ anuales a partir del próximo año, una vez se completen los despidos a mediados de 2017.
La división de centros de datos, memoria, FPGA y el internet de las cosas han sido las que mejor han funcionado, y las que han proporcionado la mayor parte de los beneficios. La división de productos de procesadores para PC sigue descendiendo en ingresos y beneficios debido a la mala situación del sector. Sus ingresos sufrieron una bajada interanual del 13,8 %, y los beneficios subieron apenas un 1,74 %. La división de centros de datos, pese a reducirse sus ingresos un 7,17 %, mejoró sus beneficios un 8,64 %.
La compañía no ha especificado los puestos en los que realizará recortes, pero teniendo una plantilla tan grande no parece probable que despida en sectores clave como el I+D, aunque es previsible que realice los ajustes de plantilla en ellos también junto con una limpieza de personal en las fábricas, departamento de ventas y publicidad, recursos humanos, y otros puestos no técnicos similares.
De hecho estos despidos parecen orientados a subvencionar los planes de invertir más de 100.000 M$ en I+D durante los próximos 10 años para conseguir mantener el ritmo de innovación, y eso implicará la contratación de nuevos ingenieros y científicos a corto plazo.
Vía: Ars Technica.