Intel ha presentado los resultados correspondientes al segundo trimestre del año, y sus ingresos han ascendido a los 13.500 millones de dólares, con unos beneficios de 1.300 M$. Aunque los ingresos han mejorado con respecto al 2T de 2015, los beneficios han descendido desde los 2.700 M$, debido sobre todo a unos gastos de reestructuración de 1.200 M$.
Esos gastos están relacionados con el recorte de 12.000 puestos de trabajo, aunque en general los ingresos no se han visto afectados. Sin embargo, lo más interesante de la conferencia de presentación de resultados a los inversores ha sido que ya están saliendo de fábrica los procesadores Kaby Lake.
Son sobre todo los modelos para portátiles, que están llegando ya a los ensambladores. Los procesadores de sobremesa no llegarían hasta final de año, por lo que mientras tanto se anunciarán nuevos portátiles con la séptima generación de procesadores Core. Como muy tarde en el IFA de Berlín, que se celebra a principios de septiembre.