Debido a la creciente cantidad de personas que están interesadas en desarrollar sus propias aplicaciones o páginas web, Linux es la mejor opción para estas tareas. La facilidad de instalación de librerías y gestión de paquetes para poner un servidor en marcha en minutos es algo vital para no perder tiempo en cosas nimias.
A la hora de comprar un portátil es habitual hacerlo con Windows preinstalado, y estos usuarios prefieren instalarse un Linux. Algunos de los últimos portátiles de Lenovo, específicamente el Yoga 900 13ISK2 y el Ideapad 710S, no permiten instalar una distro de Linux. En un primer momento se ha echado la culpa a Microsoft, que es el malo por defecto cuando ocurre algo malo en el mundo de Windows, pero el verdadero culpable el propio Linux.
Estos portátiles de Lenovo utilizan una disposición de SSD en modo RAID que no está soportada por el kernel de Linux, y por tanto se hace imposible instalar este sistema operativo en los portátiles. Lenovo no da la opción de eliminar en la UEFI esta configuración, por lo que hasta que el equipo de Linus Torvalds no añade los controladores para SSD en RAID, no se podrá instalar Linux en ellos.
La tecnología detrás de esta versión de RAID, Intel RST (Rapid Storage), es medianamente nueva y sustituye a AHCI como interfaz de comunicación con los SSD en modo RAID. También se utiliza un controlador especial de Intel para realizar la gestión de energía de estos SSD, que tampoco está soportado por Linux, y que a la postre sería el motivo por el que no se puede ofrecer en la BIOS el uso del modo AHCI, que no podría gestionar adecuadamente el consumo de los SSD en RAID.
Aunque se pueda ver a Linus y sus chicos como responsables del problema, que lo son en parte, en realidad Intel no está dando buen soporte a este tipo de controladores en Linux, solo en Windows.
Vía: PC World.