Situaciones insostenibles requieren medidas drásticas. Después de que terminales supuestamente seguros del Samsung Galaxy Note 7 continuaran sufriendo combustiones espontáneas, causando daños materiales y personales, Samsung ha tomado la más dura de las decisiones: acabar definitivamente con el Galaxy Note 7.
Según un comunicado que la compañía ha emitido, se ha tomado la decisión de parar definitivamente la producción y venta de la fableta de Samsung. Anteriormente había anunciado la paralización indefinida de la producción, pero debido a la situación, la presión de las asociaciones de consumidores, la pérdida de confianza por parte de las tiendas, las operadoras y los consumidores, han forzado a la compañía a tomar la desagradable decisión.
Esto supone la muerte del terminal, del que ahora Samsung se querrá desvincular totalmente, y ha pedido a todos los poseedores de uno que lo apaguen inmediatamente y acudan a cambiarlo por un modelo de teléfono distinto. Finalmente se estima que la compañía dejará de ingresar 17 000 millones de dólares entre ventas y recambios (y los 1000 millones iniciales parecían muchos).
Operadoras y tiendas como AT&T, T-Mobile, Verizon o Best Buy han dejado de vender los Note 7 y solamente aceptan devoluciones de los mismos para cambiarlos por otros terminales. Incluso Oculus VR ha desactivado el uso de la aplicación Gear VR para estos teléfonos para que nadie tenga que lamentar mayores daños. Son tiempos difíciles para Samsung, a la que le va a costar salir del bache.