Con la baja competencia que hay en el mercado de los procesadores para portátiles y PC, Samsung ha adelantado a Intel en los procesos de producción y ya se habla de que en 2018 producirá los primeros chips a 7 nm. Por su parte, Intel ha indicado que establecerá una fábrica este año para iniciar las pruebas de producción a un nivel de integración de 7 nm para sus futuros procesadores.
Los ingenieros de Intel están tratando de planificador la producción de miles de millones de chips bajo este proceso litográfico, aunque todavía se estima que tienen dos o tres años por delante para conseguirlo ya que hasta al menos 2019 o 2020 no se esperan los procesadores a 7 nm de Intel. En 2019 llegarían los Tigerlake, segunda generación de procesadores a 10 nm.
Intel indica que una vez que esta línea encuentre la fórmula para la producción en masa usando nanolitografía, se replicará en el resto de fundiciones de la compañía. Con ello Intel quiere volver a retomar la ley de Moore, dejada de lado hace tiempo por la compañía ya que se encuentra en una posición muy tranquila dentro del mercado de los procesadores para portátiles y sobremesa.
Con esta parsimonia que está caracterizando a Intel, hay otras fundiciones como GlobalFoundries —socios de AMD— que tienen previsto producir a 7 nm en 2018, y la inglesa ARM, creadora de la microarquitectura usada en los SoC de dispositivos móviles, distribuyó hace un tiempo la guía y herramientas para el desarrollo de chips a 7 nm basados en su arquitectura. Incluso el Snapdragon 835 que llegará en esta primera mitad del año va a estar fabricado por Samsung a 10 nm, adelantándose por mucho a Intel.
Vía: PC World.