Mark Shuttleworth intentó el asalto al sector de la convergencia de los sistemas operativos con Ubuntu, pero no ha salido bien. Esa convergencia permite, como Continuum en Windows 10, utilizar un único sistema operativo en diversos dispositivos, cambiando simplemente la interfaz del SO y de las aplicaciones. Ahora, ha anunciado que Ubuntu abandona Unity8 para volver a GNOME, lo que pone el final a Ubuntu para teléfonos y para convergencia de dispositivos.
Canonical va a volver a centrarse en desarrollar su distribución de Linux, en la que confían multitud de empresas, y también en sus productos de Internet. Según Shuttleworth, el desarrollo de Unity8 para la convergencia era visto por la comunidad como fragmentación y la convergencia no interesaba, y las empresas preferían "lo malo conocido que lo bueno por conocer", por lo que se han mantenido alejados de Unity8.
Para ser precisos, Canonical invertirá en el propio Ubuntu —sobremesa, servidores y máquinas virtuales—, los productos de infraestructura de red —MAAS, LXD, Juju, BootStack—, y Ubuntu Core, la versión para el Internet de las cosas, que son las partes que están generando beneficios a la compañía.