Desde el éxito del G2, y de eso hace ya cuatro años y medio, LG solo consiguió volver a despertar cierto interés con el G3, y el resto de buques insignia de la compañía han pasado sin pena ni gloria por el mercado. Quizás el mayor desastre lo susfrió en 2016 con el G5, y el G6 del año pasado ha mejorado sus ventas, pero no lo suficiente. Por eso, que el cuarto trimestre de 2017 la compañía haya perdido otros 192 millones de dólares con su filial LG Mobile no sorprende ya a nadie.
De hecho, la compañía lleva perdiendo dinero en esta división desde el segundo trimestre de 2015, tras la presentación del G4. El primer trimestre de ventas del G6 propició unos mínimos beneficios de 3 millones de dólares, pero en el resto de trimestre de 2017 la compañía ha llegado a perder 350 M$ en el segundo trimestre del año.
Debido a ello, LG ha dado un giro para distanciarse de la presentación de un nuevo teléfono insignia cada año, y lo hará cuando deba hacerlo. Actualmente no se espera que el «G7», o como se termine llamando, sea presentado en el Mobile World Congress, y puede que pasen todavía bastantes meses hasta que se vea un nuevo smartphone de gama alta de la compañía por una supuesta orden de rediseño del teléfono. Sin embargo, LG ha refutado esta última información, por lo que el G7 podría estar bastante más cerca de lo que parece.
Vía: TechCrunch.