Intel ha tenido problemas en los últimos tiempos para finalizar su proceso de fabricación a 10 nm, y por eso ha tenido que recurir en 2017 nuevamente a un proceso de 14 nm, la segunda mejora del mismo (14 nm++). Brian Krzanich, director general de Intel, ha indicado que la producción a 10 nm comenzará en el segundo trimestre de 2018, añadiendo a su vez que los nuevos chips serán inmunes a las vulnerabilidades conocidas como Spectre y Meltdown.
Krzanich ha indicado que el rendimiento de producción a 10 nm va a aumentar drásticamente en los próximos meses, lo que permitirá un volumen adecuado de procesadores para su puesta a la venta. Aun así, por el momento solo ha enviado a sus socios fabricantes de equipos cantidades limitadas de procesadores Cannon Lake U, que irán destinados a portátiles y equipos que necesiten bajo consumo como ciertos mini-PC y todos en uno. Krzanich también promete una transición rápida entre el proceso de 10 nm y el 10 nm+, que será el utilizado para los procesadores Ice Lake de sobremesa de 9.ª generación.
Cayendo ya en la rumorología, la generación siguiente al refresco de Kaby Lake (Kaby Lake R) que incluye procesadores como el Core i7-8550U, se llamará Whiskey Lake e incluirá modelos de cuatro núcleos y una GPU integrada de arquitectura GT2 y GT3. Habrá igualmente unos Coffee Lake H de alto rendimiento de seis núcleos para portátiles.