Toda compañía, del sector tecnológico, transporte o de la automoción que se precie hoy día dedica una parte de sus recursos a investigar tecnologías relacionadas con los vehículos autónomos. De Waymo a Toyota, pasando por Uber, todas ven en ellos un mercado que puede reportarles sustanciosos beneficios en el futuro no tan lejano.
Precisamente Uber, la polémica empresa de transporte privado de pasajeros, se ha visto envuelta en un atropello mortal durante las pruebas de uno de sus vehículos autónomos. La víctima, una mujer, Elaine Herzberg de 49 años, fue atropellada en Tempe (Arizona), cuando cruzaba la calle por fuera del paso de peatones mientras arrastraba a su lado una bicicleta. Aunque pudo ser trasladada al hospital, falleció a causa de las heridas.
El vehículo, según han indicado desde Uber, iba conduciendo en modo autónomo, aunque llevaba un conductor de seguridad al volante. Tras el accidente, han retirado todos sus vehículos autónomos de Arizona, San Francisco, Toronto y Pittsburgh. El problema de fondo reside en la incapacidad del vehículo para detectar a la peatona y frenar para evitar el atropello, ya que los coches autónomos deben de estar preparados para ello, como ya lo están muchos coches de gama alta de la actualidad.
El Consejo Nacional de Seguridad del Trasporte de Estados Unidos ha abierto una investigación, habiendo enviado a un equipo a Tempe. Se tendrá que investigar si la situación del atropello habría sido fácilmente detectado por un conductor humano y actuado para evitar el atropello, si por el contrario los sensores del vehículo fallaron junto al piloto de seguridad, o si la peatona tuvo algún problema que provocara el accidente.
Vía: The Verge.