Aunque en teléfonos móviles esté prácticamente acabado como sistema operativo, Windows 10 sigue empleándose en tabletas, aunque su popularidad es mucho menor que la de iOS o Android. Uno de los problemas que tiene este sistema operativo es el tiempo de indisponibilidad del dispositivo cada vez que se instala una actualización, el cual puede llegar hasta las dos horas, situación a la que Microsoft ha decidido ponerle solución.
Desde la compañía de Redmond han indicado que han conseguido reducir el tiempo desde las dos horas a solo 30 minutos, aunque esto no viene sin un coste, el cual es que ahora el proceso total de la instalación tarda mucho más. Esto se debe a que la instalación tiene dos fases, una que requiere conexión a Internet y otra que se puede realizar sin conexión.
Durante la primera fase, el dispositivo se descarga la actualización, comprobándose su integridad, transcurriendo en segundo plano. Tras esta, se realiza la instalación, que es la que hace que el usuario no pueda emplear el dispositivo mientras se realiza la instalación propiamente dicha. Para reducir el tiempo de indisponibilidad se ha alargado la primera fase, realizándose en ella la instalación de la actualización en un directorio temporal, o el movimiento de archivos de un lado a otro.
Microsoft ha indicado que el nuevo proceso de realizar las actualizaciones no supondrá una carga para los recursos del equipo. En la última actualización importante la actualización para creadores, el tiempo ya se redujo a 51 minutos, por lo que este es un paso adelante importante.