Gigabyte ha renovado sus placas base con el modelo X399 Aorus Pro, que sigue la línea de otras de la línea Aorus en cuanto orientación a los jugones que hayan optado por un procesador Ryzen Threadripper de primera o segunda generación. Es un sector en el que no hay excesiva variedad, al menos comparándolo con el generalista, si bien con el Threadripper 2950X la compañía AMD ha acaparado todas las miradas.
La placa base tiene formato ATX, con el grandecito zócalo TR4, y cuatro bancos de memoria a cada lado, que en esta ocasión no hay problema para usar de velocidad de hasta 3600 MHz, más la subida adicional en función de otros factores como los módulos adquiridos, cuántos se han puesto —si están los ocho bancos ocupados la velocidad máxima será bastante inferior—, etc. Dispone de cuatro ranura PCIe 3.0 ×16, que admiten el uso de tarjetas gráficas a ×16/×16/×8/×8, para un total de 48 canales PCIe para ellos.
El resto de canales PCIe lo usan las tres ranuras M.2, dos de hasta 22110 y una 2280, y el resto de conectividad. Dispone de cabezal para USB 3.1 frontal, además de los habituales 3.0 y 2.0, ocho SATA-3, varios para bombas de agua y refrigeración de la caja del PC, y para tiras de ledes RGB de 5 V y 12 V. Cuenta con un códec de audio S1220 de Realtek, y uno GigabitEthernet de Intel (i211-AT).
En el panel trasero hay ocho USB 3.0, un USB 3.1, un USB 3.1 tipo C, un PS/2, y un Ethernet. La placa base cuenta con un sistema de doble BIOS, tiene una alimentación a base de un ATX de 24 pines, un EPS de 4+4 pines y otro de 4 pines, y un sistema de alimentación del procesador de 8+2 fases.
Su precio es de 270 dólares.