Intel ha conseguido en los últimos años ciertas ventajas fiscales en Israel, y eso repercute en la economía del país y en sus propios bolsillos. Ahora ha empezado a valorar la construcción de una nueva fábrica que expandiría sus operaciones en el país y que llevaría a un nuevo acuerdo entre Intel y el Gobierno de Israel. La inversión total en la nueva fábrica sería de 10 000 millones de dólares, con una subvención estatal de 1000 millones de dólares, lo que haría que la inversión total fuera de 11 000 M$.
El ministro de Hacienda del país, Moshe Kahlon, ha comentado públicamente esta intención de Intel, que convertiría a Israel en uno de los principales lugares de producción de chips de Oriente Medio, además de crear 1000 empleos adicionales de alta cualificación en el país. Aun así, las negociaciones entre Intel e Israel no han hecho más que comenzar por lo que toda faltan meses para tener un proyecto concreto, y algún año que otro hasta que se empezara la construcción de esta nueva fábrica.
Los problemas actuales de producción de chips de Intel, que no consigue cubrir la demanda, le ha obligado a realizar una mayor inversión en la expansión de sus operaciones de fabricación de microchips. Por un lado ha reorganizado la producción de chips y el testeo de los mismos para optimizar las líneas de distribución, y por otro está expandiendo sus fábricas y valorando proyectos de creación de nuevas fábricas como esta adicional en Israel, dos más en Arizona y Oregón, y otra en Irlanda.
Vía: AnandTech.