El veterano ingeniero Jim Keller fichó el año pasado por Intel y ya está haciéndose notar dentro y fuera de la compañía. Partiendo de lo que ha venido haciendo la compañía en los últimos años, y quizás echándose las manos a la cabeza, ha estado asegurando en diversas charlas que la ley de Moore no está muerta. Hay formas de mantenerla viva, como por ejemplo echando mano de diversos métodos de fabricación para compactar aún más los transistores, que es lo que ha venido haciendo Intel en los últimos años.

Pero ahora ha puesto la mirada en algo más interesante como es la potencia mononúcleo de los procesadores de la compañía, para lo que se suele hablar de las instrucciones por ciclo (las IPC) que son capaces de ejecutar. En una charla en la Universidad de California en Berkeley, Kelley ha indicado que están trabajando en un núcleo de procesador significativamente mayor que el Sunny Cove que se está usando en los Ice Lake fabricados a 10 nm y que están llegando en este momento a portátiles.

Los cambios que se van a realizar tienen que ver con la ventana de instrucciones con la que trabaja el procesador así como la inclusión de un enorme predictor de saltos y datos, lo que hará que las IPC aumenten mucho respecto a lo que Intel venía haciendo en esta década ante la falta de competencia de AMD. Pero teniendo en cuenta que Keller es uno de los principales responsables de la arquitectura Zen de AMD, debe saber muy bien cómo aprovechar lo aprendido para mejorar los procesadores de Intel.

De momento ese nuevo núcleo de procesador no se debería esperar hasta al menos 2021, ya que la generación de procesadores del próximo año sería una iteración de la Sunny Cove con el nombre de Willow Cove. Keller ha asegurado que este nuevo núcleo es un cambio de mentalidad total con respecto a lo que Intel ha hecho en esta década.

Vía: TechPowerUp.