Apple ha renovado su portátil MacBook Pro 13 recurriendo a una combinación de opciones de procesadores de 8.ª generación y de 10.ª generación de Intel, y modificando ligeramente el tamaño y aspecto del mismo. El equipo engorda ligeramente hasta tener un tamaño de 304.1 mm × 212.4 mm × 15.6 mm, y el peso se sitúa solo ligeramente por encima con 1.4 kg.
La pantalla se mantiene igual, siendo de 33.7 cm (13.3 pulgadas) con una resolución de 2560 × 1600 píxeles, de 500 nits de brillo máximo y cubre la escala de color P3. El procesador más potente que incluye Apple en este portátil es uno que se puede englobar en los Ice Lake de cuatro núcleos, pero de frecuencias personalizadas ya que el Core i7 se indica que tiene frecuencia base de 2.3 GHz y turbo de 4.1 GHz, cuando el Core i5-1065G7 tiene unas frecuencias de 1.3/3.9 GHz.
No se ofrece incluirle una tarjeta gráfica dedicada, por lo que tirará de la HD Graphics o Iris Plus (hasta una G7 de 64 unidades de ejecución) integrada en el procesador. Esta Iris Plus G7 es decente, pero obviamente lo que prima en este equipo sería su tamaño y peso, porque para potencia está el MacBook Pro 16. A ese Ice Lake le acompaña hasta 32 GB de memoria LPDDR4X de 3733 MHz, mientras que a los Core de 8.ª generación tendrán que conformarse con hasta 16 GB de LPDDR3 a 2133 MHz.
Apple mantiene cuatro conectores Thunderbolt 3 en el equipo junto a uno de audio de 3.5 mm. Ha sustituido el teclado por el nuevo con mecanismos de tijera para sustituir a los de mariposa, que en realidad es una vuelta atrás por parte de la compañía para deshacer un cambio que nunca debió hacer. Los mecanismos de mariposa han demostrado ser nefastos. También incluye la barra táctil, alzada a la altura del resto de las teclas, y con un lector de huellas dactilares y una tecla de escape diferenciadas de la barra táctil. Se proporciona un cargador de 61 W con conector USB tipo C con el equipo.
El precio del portátil parte de los 1499 euros por un Core i5 de cuatro núcleos a 1.4/3.9 GHz de 8.ª generación con 8 GB de RAM y 256 GB de SSD tipo PCIe, y la compañía pide 2379 euros por un Core i5 de cuatro núcleos a 2.0/3.8 GHz de 10.ª generación con 16 GB de LPPDR4X-3733 y 1 TB de SSD.