Los fabricantes de placas base han encontrado una forma de engañar a los procesadores Ryzen para que acepten más o menos potencia de la que deberían recibir en un uso normal. Al menos así se ha mostrado en una actualización de la herramienta HWInfo que muestra si una placa base está falseando el valor de este sensor externo al procesador y que algunos tienen dudas sobre si puede reducir la vida útil de los Ryzen.
AMD ha indicado que está investigando el asunto, ya que se trata de un sensor externo situado en el módulo de regulación de voltaje situado en las placas base y que alimenta al procesador. En principio asegura que modificar los valores de este sensor no debería afectar al funcionamiento o vida útil de los Ryzen ya que estos incluyen internamente multitud de sensores y salvaguardas para evitar que puedan ser dañados por una mala alimentación externa. Por tanto, un Ryzen no solo confía en la información recibida de la placa base sino también de lo que ve que internamente le está ocurriendo.
Ese trucado del sensor de la placa base, entre valores enteros que pueden ir del 95 % al 105 % del valor de consumo suministrado al procesador, puede hacer que el Ryzen utilizado mantenga unos niveles de turbo superiores de los habituales. Se podría ver como una forma no ortodoxa de subir frecuencias (overclocking) como están llevando a cabo en placas base de los nuevos Comet Lake S de Intel —modificación del margen de consumo de una forma u otra—. Aun así, AMD asegura que no tiene constancia de que esté en uso o que vaya más allá de algo puntual de algunas placas base.
Vía: TechPowerUp, TechPowerUp (2).