China ha sido en las últimas décadas la fábrica de los países occidentales, y mientras que producía la electrónica con tecnología mayormente extranjera ha ido realizando en la última década una apuesta por cambiar las tornas. Pero la actual guerra comercial chino-estaunidense ha hecho que el gigante asiático (y mundial) pise el acelerador para cortar su dependencia tecnológica de EE. UU. principalmente.
Aunque ya se sabía desde hace unas semanas que China quiere ser capaz de producir el 70 % de los semiconductores que consume para 2025, un dato nuevo es que lo quiere conseguir utilizando tecnologías punteras y no meramente con aquellas que están estandarizadas en el sector. Eso implica que está poniendo el ojo en procesos litográficos que usen materiales avanzados como nitruro de galio (GaN) y carburo de silicio (SiC), por lo que en algunos casos podría saltarse pasos intermedios en la evolución normal de la producción de semiconductores.
El plan de China es llegar a 2030 siendo plenamente autosuficiente en la producción de semiconductores, al menos si consigue encauzar correctamente las inversiones. China ha intentado acelerar la investigación en algunos sectores a base de inyectar dinero indiscriminadamente, pero ha servido más para entorpecer la investigación que para favorecerla.
Dentro de los casos de éxito con inversiones bien dirigidas está SMIC, la cual tiene desarrollado un proceso litográfico de 14 nm FinFET y está ultimando uno que estará cerca de uno de 7 nm. El único problema es que China no solo necesita la tecnología de creación de semiconductores sino también la capacidad de fabricarlos a gran escala.
Por ejemplo, SMIC solo es capaz de empezar unas 6000 obleas al mes frente al más de millón de obleas que inicia TSMC mensualmente. Es de imaginar que China invertirá gran parte de sus esfuerzos del próximo lustro en crear una red sólida de fundiciones de chips aprovechando gran parte de la tecnología que ya tiene desarrollada. Si lo consigue, sería todo un viraje de la guerra comercial chino-estadounidense. China importa semiconductores por valor de 200 000 millones de dólares que se irán diluyendo en el próximo lustro, afectando negativamente a la cuenta de resultados de muchas empresas estadounidenses.
Vía: TechPowerUp.