NVIDIA ha celebrado un nuevo Congreso de Tecnologías de GPU (GTC) de los cuales celebra unos cuantos cada año. En esta ocasión se ha centrado en centros de datos e inteligencia artificial en lugar de en el sector consumo. Ha presentado alguna novedad interesante como es el procesador Grace, el primero de la compañía orientado a centros de datos.
La particularidad de este procesador es que está desarrollado con la arquitectura ARM, una que está pegando muy fuerte en este sector debido a que con los punteros nodos litográficos se puede conseguir mucha más potencia por vatio que con la arquitectura x86. NVIDIA pone el foco en el procesamiento del lenguaje natural, sistemas de recomendación y supercomputación de inteligencia artificial para este procesador. En general, todo lo relacionado con computación de alto rendimiento (HPC).
Eso sí, este procesador no estará disponible hasta 2023 ya que está todavía en fase de desarrollo y por tanto dará bastante más que hablar en los próximos dos años. De hecho debido a ese plan de desarrollo no se basa en una arquitectura actual de ARM sino en una futura, y específicamente de Neoverse, que es subarquitectura orientada a computación.
Lo más significativo es que este procesador no está pensado para usarse de manera genérica en los centros de datos sino para combinarlos con la propia oferta de NVIDIA de tarjetas gráficas de cómputo. Las tarjetas de la compañía son muy buenas para ciertas cargas de trabajo, sobre todo inferencias y clasificación, y por tanto Grace viene a reforzar la oferta de la compañía.
Tiene aspectos positivos, como el uso de LPDDR5X con mejoras de consumo y rendimiento y de hecho se lleva el ancho de banda de memoria de este procesador por encima de los 500 GB/s con código de corrección de errores (ECC). El subsistema de memoria también está diseñado para proporcionar coherencia de caché unificada al combinar la memoria de la CPU y la HBM de la GPU. La conexión CPU-GPU de 900 GB/s y una de CPU-CPU de 600 GB/s, en ambos casos utilizando una conexión NVLink 4, la próxima generación de interconexión de NVIDIA.
Son velocidades muy, muy superiores a las proporcionadas por AMD e Intel con sus procesadores de centros de datos. Por ejemplo, la interfaz CPU-GPU de los EPYC 2 es de 32 GB/s mediante PCIe 4.0 y con Grace se está hablando de 900 GB/s. La interconexión de dos EPYC se sitúa en los 304 GB/s y aquí NVIDIA aporta 600 GB/s. Eso sí, AMD e Intel recortarán distancias en los próximos dos años y estará por ver cómo queda al final la cosa.
Las primeras supercomputadoras en usar Grace serán las del Centro Suizo de Cálculo Científico (CSCS) y el del Laboratorio Nacional de Los Álamos (LANL).
Vía: AnandTech.