AMD puso en circulación en abril las unidades de procesamiento acelerado (APU) Ryzen 5 5600G y Ryzen 7 5700G. Son procesadores con unidad gráfica integrada, que no es lo habitual en sus Ryzen de sobremesa. Incialmente fueron para fabricantes de equipos originales (OEM) y era cuestión de tiempo que se pusieran a la venta en minoristas. Ese momento ha llegado, y aunque se pueden ya reservar en ciertas tiendas no empezarán hasta dentro de un par de días, el 5 de agosto.
El precio del Ryzen 5 5600G es de 280 euros y el Ryzen 7 5700G cuesta 380 euros. Son procesadores de seis y ocho núcleos de tipo Zen 3 con unidad gráfica integrada Radeon Graphics que es una arquitectura Vega modificada. En el primero es una Radeon 7 a 1.9 GHz y en el segundo una Radeon 8 a 2 GHz, pero por lo demás es como las de las APU anteriores.
Entrando en su rendimiento de CPU tomando de ejemplo los datos de Guru3D, son Zen 3 así que su rendimiento es excelente. Eso sí, quedan oportunamente por debajo de los 5600X y 5800X que serían las alternativas sin unidad gráfica integrada. Solo un poco en el caso del 5600G, y bastante más que un poco en el 5700G.
En cuanto a su rendimiento con las tarjetas gráficas más potentes, la menor cantidad de caché respecto a sus hermanos sin iGPU hace que no las aprovechen especialmente bien a FHD —salvo alguna sorpresa como Hitman 3—, pero sí bastante bien a 4K, como siempre. Pero no te compras una APU con el sobrecoste que tienen para ponerlas una tarjeta gráfica dedicada. Son carne de mini-PC, equipos de ofimática y semiprofesionales.
Sobre la unidad gráfica integrada, su rendimiento a HD y calidad media/baja permite llegar a 60 f/s en juegos más o menos modernos, y a FHD se queda más bien a 30 f/s. Eso sí, hay que tener en cuenta que al usar la DDR4 de memoria gráfica cuanto más veloz sea la DDR4 mejor, con mejoras de incluso un 15 % entre 3200 y 4000 MHz. En el terreno gráfico las APU está totalmente obsoletas, aunque son mejores que lo que ofrece Intel en sus procesadores de sobremesa.