AMD está en el mejor momento de su historia, con una gran fuente de liquidez gracias a sus mayores márgenes de beneficios en sus procesadores, y eso le ha llevado a buscar una expansión más rápida. La vía más fácil y cara es la compra de un empresa como Xilinx, por la cual ofreció 35 000 millones de dólares. Ahora la compañía ha indicado que ya tiene todos los vistos buenos de los reguladores y por tanto espera que la compra se complete el 14 de febrero.
Xilinx es una compañía especializada en matrices de puertas programables (FPGA) que no son otra cosa que chips reprogramables pero de propósito específico. Eso significa que tienen menos versatilidad en el tipo de cargas de trabajo que pueden ejecutar pero lo hacen de manera mucho más eficiente. Por debajo de las FPGA están los circuitos integrados de aplicación específica (ASIC) que tienen una nula capacidad de reprogramación pero son aún más eficientes. Los ASIC son muy buenos cuando sabes qué tipo de cálculos concretos tienes que hacer siempre, como por ejemplo los algoritmos de criptominería.
Lo que Xilinx aporta es tecnología complementaria a la de AMD ya que no tenía presencia en ese sector. Las FPGA se usan mucho actualmente para inteligencia artificial, como por ejemplo en la industria del automóvil para los sistemas de reconocimiento de imágenes. Me imagino que es la parte por la que está más interesada AMD ya que no dispone de nada similar para sus sistemas en chip. AMD podría crear a partir de las patentes de Xilinx una unidad de procesamiento neuronal para esos SoC o sus propios procesadores.
Con ello también podría crear aceleradoras para computación de alto rendimiento que se mezclen con sus procesadores EPYC, reforzando su apuesta en los centros de datos. Teniendo en cuenta que Xilinx tiene también soluciones de conectividad en centros de datos y 5G, la compra es un complemento perfecto al catálogo de productos de AMD.