Intel ha anunciado dos nuevas series de procesadores empresariales, los Xeon D-1700 y Xeon D-2700. Ambos están orientados a potenciar los equipos que controlan las redes de comunicaciones y la frontera de las mismas y que estén principalmente definidas por software. Son básicamente servidores que sustituyen a los enrutadores tradicionales específicos que solo se dedican a enrutar paquetes de datos.
Las redes definidas por software usan equipos con programas instalados para realizar el enrutamiento. La ventaja está en que al tener un programa que realiza la conmutación se pueden añadir funcionalidades adicionales. Por ejemplo, se puede realizar algún tipo de procesamiento a ciertos paquetes de datos que se reciben y redirigir el resto. Al realizar ese procesamiento en la frontera de la red se reduce la latencia y se mejora el tiempo de respuesta de las aplicaciones de usuario final.
Sea como sea, estos procesadores anunciados por Intel son de tipo Ice Lake D, fabricados a 10 nm, y con modelos que van de los dos núcleos hasta los veinte núcleos. La potencia de diseño térmico va de los 25 W hasta los 129 W. Tienen acceso hasta a 1 TB de DDR4-3200 en tetracanal, hasta 64 canales PCIe 4.0 ×4 y conexiones de 100 GigabitEthernet. Tienen también acceso a las instrucciones AVX-512, aceleración de encriptación, y otras tecnologías específicas de Intel de seguridad y privacidad como cifrado de memoria.
Intel da algunos datos como que la infraestructura de redes y fronteras generará 77 000 millones de dólares al año para 2026, o que la mitad de los datos en las redes se procesarán fuera de los centros de datos para 2025. Precisamente debido a estos equipos definidos por software para redes y sus fronteras.