Arm ha presentado novedades en el terreno de su propiedad intelectual en forma de tres nuevos núcleos ARMv9.2 que van a ir en los próximos sistemas en chip de alto rendimiento. Todo se engloba en sus soluciones completas de computación para 2023 (TCS23), que es un mero término de mercadotecnia bonita y con un lacito para venderlo mejor y que fue introducido en 2021.
Empezando por el más potente, Arm promete que el Cortex-X4 es un 15 % más potente que el Cortex-X3 en el plano de las instrucciones por ciclo (IPC) procesadas. Aunque no parezca gran cosa, lo interesante es que lo consigue con una reducción del consumo del 40 %, parte de lo cual estará relacionado con una reducción de litografía. Este núcleo puede incluir hasta 2 MB de caché de nivel 2 por núcleo.
Los otros dos núcleos anunciados son más generalistas y estarán presentes en procesadores de gama media. El primero es el Cortex-A720, que en este caso aporta un 20 % de reducción de consumo respecto al Cortex-A715, y por tanto Arm lo vende como un núcleo estupendo para aumentar la autonomía de los móviles. Que es exactamente lo mismo en lo que se ha centrado en el Cortex-A520, que aporta una reducción de consumo del 22 % respecto al Cortex-A510.
Lo realmente importante de lo anunciado por Arm está en la interconexión DSU-120, que en esta ocasión permite un heterogeneidad mayor de los tipos de núcleos que se pueden mezclar y su número. Cada clúster puede tener hasta catorce núcleos, y el conjunto puede tener acceso hasta a 32 MB de caché de nivel 3. Mejora las características de reducción de consumo, las cuales serán muy buenas para móviles de gama alta y portátiles.
Arm incide en que la DSU-120 permite la creación de procesadores para móviles con un Cortex-X4, cuatro Cortex-A720 y cuatro Cortex-A520, que será lo esperable para móviles de gama alta. Pero también entregará el diseño de procesadores con un Cortex-X4, cinco Cortex-A720 y dos Cortex-A520, lo cual dará más flexibilidad a los fabricantes de procesadores.
Todo esto está apoyado por la arquitectura ARMv9.2 (Harvard), que introduce parte de las mejoras de eficiencia energética a la vez que mejora las características de seguridad. Puesto que todos los núcleos solo están diseñados para funcionar nativamente como núcleos de 64 bits, incluido el menos potente Cortex-A520, Arm asegura que con ese abandono de los 32 bits consigue reducir un 95 % las vulnerabilidad relacionadas con la gestión de la memoria, entre otras.
La introducción de nuevas instrucciones dentro de las extensiones QARMA 3, también ayuda a mitigar problemas en la predicción de saltos y reduce el sobrecoste de la autenticación de punteros (PAC).
