La prohibición de EUA de vender las RTX 4090 en China está trayendo consecuencias nefastas para el consumidor occidental, como todas las sanciones que lleva imponiendo en los últimos años. Con la prohibición de vender a China las aceleradoras como la H100 y ahora las RTX 4090, están sugiendo fábricas en el país para reconvertir las grandes RTX 4090 personalizadas en pequeñas aceleradoras aptas para centros de datos.
Esto tiene una consecuencia directa para el consumidor occidental: las distribuidoras dejan de llevarlas a Occidente para destinarlas a través del mercado gris a China. Los vetos económicos occidentales es imposible de sostenerlos porque solo representamos el 17 % de la población mundial. Hay demasiados recovecos internacionales y legales que permiten que las RTX 4090 terminen en China pese al veto de Joe Biden.
Estas fábricas chinas se dedican a retirar la GPU y los chips de memoria de las tarjetas gráficas personalizadas de distintos fabricantes para luego ponerlos en una PCB de tamaño especial a la que se le pone una refrigeración tipo turbina. Es un cambio de formato para que entren cuantas más mejor en un servidor típico de bastidor de centro de datos que normalmente ya están preparados para este formato de dos ranuras PCIe de ancho.
Los precios de las RTX 4090 llevan desde hace semanas una senda ascendente. Si hace unos meses se podían encontrar por 1700 euros, ahora están por encima de los 2000 euros, quitando ofertas puntualísimas del Viernes Negro. Muchos modelos están agotados, por lo que a falta de una criptoburbuja, EUA ha creado una burbuja de IA que está afectando nuevamente a los jugones. Porque el objetivo último, que es evitar que China tenga acceso a las RTX 4090, no se está cumpliendo.
Vía: Tom's Hardware.