TCL es una gran empresa china respalda por el Gobierno chino que cuenta con una filial de diseño de chips llamada Mooresilicon. Se fundó en 2021, en medio de la escasez de chips donde tenía sentido dedicarse a diseñarlos para recortar costes, pero luego llegó una dura corrección del sector debido al hundimiento de la demanda del sector consumo. Ante los precios que se manejan ahora misma, TCL ha decidido cerrarla.
La compañía se centró en las necesidades específicas de TCL, que son controladores de pantalla o de gestión de energía, que usan prácticamente todos sus productos de consumo. Siendo un productor conocido pro sus teléfonos y televisores, estos chips han visto caer notablemente su precio en el mercado libre. Por ejemplo, los controladores de pantalla han caído de 1.23 dólares la unidad en el T1 2022 hasta los 0.91 dólares en el T2 2023, y se espera que sigan cayendo hasta los 0.88 dólares en el T4 2023.
Esta decisión es un poco extraña porque la demanda del sector consumo tendrá que remontar en algún momento, pero tiene sentido en el panorama inmediato, no en el futuro cercano. Con esto despedirá a los menos de cien empleados que tenía Mooresilicon. La compañía produjo unas pérdidas de en torno a los 80 millones de euros en la primera mitad del año. Simplemente parece un negocio que no ha funcionado como se esperaba. Eso sí, TCL sigue teniendo otras divisiones y empresas que diseñan chips de todo tipo, como rectificadores o de energía, pero a menor escala.
Vía: Tom's Hardware.