China podría verse obligada a responder si EE. UU. continúa intentando alejar al país de las herramientas de fabricación de chips de última generación. Lo ha indicado Tan Jian, embajador de China en los Países Bajos, mostrando su preocupación por la creciente tensión entre China y EE. UU. en su guerra tecnológica que ya se ha cobrado algunas víctimas y que no deja de lastrar temporalmente la competitividad del país asiático.
Jian espera que esta situación no afecte a las relaciones con la Unión Europea, ya que es un mercado importante para su país. La frustración de China surge de la influencia de EE. UU. sobre el Gobierno holandés para limitar los envíos de herramientas de litografía avanzada de ASML, máquinas sin las cuales no puede desarrollar litografías propias más avanzadas. La maquinaria japonesa no está a la altura de la todopoderosa ASML, por lo que no hay una alternativa.
El embajador chino también comentó en el periódico neerlandés NRC los esfuerzos de EE. UU. para restringir el acceso de las empresas chinas a procesadores punteros utilizados en inteligencia artificial y computación de alto rendimiento alegando motivos de seguridad nacional, pero que en realidad buscan recuperar la corona como la potencia económica más grande y que en los últimos años estaba en la cabeza de China.
A principios de mes, ASML anunció la cancelación de algunos envíos de sus máquinas avanzadas, pero no punteras, a China. Esta decisión se produjo después de que el gobierno holandés revocara parcialmente las licencias de exportación para las herramientas de fotolitografía UVP (ultravioleta profunda), y mucho menos haría envíos para las máquinas de UVE (ultravioleta extrema).
Esto limita las capacidades de producción de chips de China y deja ancladas en nodos maduros a empresas como SMIC, UNISOC o YMTC, y de forma indirecta a otras muchas como HiSilicon, Huawei, Alibaba o Tencent, ya que son diseñadores sin fábricas y por tanto dependen de las primeras.
Por todo esto, Tan Jian subrayó la necesidad de un diálogo con el gobierno neerlandés para evitar el agravamiento de la situación. También destacó los crecientes desafíos que enfrentan las empresas chinas en la Unión Europea, incluyendo controles más estrictos, presión política y la propagación de desinformación. Criticó la política de la Unión Europea hacia China, calificándola de confusa debido a su visión contradictoria de China como socio y rival, dada la influencia de EE. UU. sobre el gobierno de la UE.
Vía: Tom's Hardware.