AMD ha conseguido hacer las cosas bien en el sector de las CPU para centros de datos, aunque no tan bien en el terreno de las aceleradoras para cómputo. Aun así, la locura por la inteligencia artificial y la altísima demanda que tienen las aceleradoras de NVIDIA han hecho que muchas empresas opten por la segunda opción que supone AMD. Eso empujó las ventas de la compañía durante el último trimestre de 2023, aunque durante todo el año no haya conseguido recuperar todo lo perdido por el desplome del sector consumo.
En el T4 2023 consiguió ingresar 6168 millones de dólares, una mejora interanual del diez por ciento, con unos beneficios de 667 M$. El margen bruto se situó en el 47 %, cuatro puntos más que en el mismo periodo de 2022, y que fue el motivo por el que sus beneficios pasaron de apenas 21 M$ a la cifra indicada. Lisa Su siempre ha dicho que para mantener la operabilidad de la compañía ese margen bruto debe mantenerse por encima del 45 %.
Mirando los resultados por sectores, no todo son buenas noticias. El éxito de NVIDIA con sus GeForce es el fracaso de AMD con sus Radeon. La división de Juegos vio caer sus ingresos un 17 % hasta los 1400 M$, aunque el beneficio se mantuvo en los 224 M$. Siempre me sorprenderá cómo AMD, con unas tarjetas gráficas interesantes y generalmente a buen precio, no consigue llamar la atención de los jugones.
La de Centros de Datos sigue siendo la que tira de la compañía, con un aumento de ingresos del 38 % interanual hasta los 2300 M$, con 667 M$ de benfeicios, manteniendo un margen operativo similar del 29 %. La división de Embebidos ingresó 1100 M$, un 24 % menos, con unos beneficios de 461 M$, un 35 % menos. En esta división se incluyen las ventas de procesadores Ryzen Embedded y las soluciones de Xilinx, como ZynQ o Versal.
La división de Cliente ingresó 1500 M$, un 62 % más, con unos beneficios de 55 M$ frente a las pérdidas de 152 M$ del T4 2022. El margen operativo se situó en apenas el 4 %, por lo que la división de procesadores Ryzen sigue sin recuperarse totalmente.