Intel ha hecho una apuesta agresiva por su servicio de fundición, y eso significa que ha tenido que gastar mucho dinero en los últimos tres años para ello. La estrategia de la compañía ha pasado recientemente por separar la información de lo relacionado con el servicio de fundición a una división totalmente separada llamada Intel Foundry, pero ahora también sigue mejorando la forma en que publica la informción de su funcionamiento. Eso ha servido para aflorar la cifra de pérdidas de Intel Foundry del año pasado, que fue de unos 7000 M$.
La cifra de las pérdidas generadas durante 2022 fueron menores, de 5200 M$, teniendo en cuenta la inversión adicional en plantas y máquinas que está transfiriendo a la ahora división de Intel. Los ingresos de la fundición de Intel son de apenas 1000 M$ anuales, teniendo en cuenta que cubren reservas de producción y otros conceptos contables.
Pero por si no fueran pocas las pérdidas de 2023, Pat Gelsinger ha avisado que las de 2024 serán mayores. Pero una vez que empiece la producción, espera que la compañía cubra gastos para 2027, y a partir de ahí para 2030 espera convertirse en la segunda mayor fundición por volumen de ingresos.
Con su nueva forma de desglosar la información, la nueva Intel Foundry ingresó en 2023 unos 18 900 M$, un 31 % menos que los 27 490 M$ de 2022, debido a la caída de demanda del sector consumo que impactó a todos los fabricantes de chips. Eso incluye la estimación de ingresos por ventas de chips de Intel Foundry a Intel, pero como gastos la inversión en fábricas y maquinaria. También hay que tener en cuenta que ahora Intel usa a TSMC como productor de chips, por lo que la cifra de ingresos de Intel Foundry no refleja el gasto que hace Intel en comprar chips.