Los efectos colaterales de las autosanciones occidentales desde principios de 2022, que ahora han desaparecido porque se ha retomado discretamente la compra a saco de gas y petróleo a Rusia, es que las ventas del sector consumo se desplomaron y eso provocó una alta inflación lo que provocó un hundimiento de las ventas. Las compañías de chips lo han pasado mal, sobre todo las de NAND y DRAM, pero con el aumento de la demanda del sector consumo desde finales de 2023 han salido del pozo en el que cayeron. Entre ellas, Kioxia ha indicado que ya está otra vez produciendo al máximo de su capacidad.
La compañía estuvo haciendo enormes recortes de producción debido al hundimiento de las ventas de chips de NAND 3D, lo cual le llevó a tener pérdidas de cientos de millones de dólares trimestre tras trimestre desde mediados de 2022. Que haya retomado la producción máxima solo implica que la demanda es alta, por lo que podrían bajar o no los precios de la NAND.
Los precios de estos chips bajaron entre 2022 y 2023 para deshacerse del inventario no vendido, pero a partir de 2023 los productores empezaron una fuerte reducción de producción en cuanto redujeron lo suficiente las existencias de estos chips. A la vez que han reducido la producción, han aumentado los precios, por lo que a mediados de 2023 dejaron de bajar los precios de productos como las SSD. Con el ajuste de precios al alza de este año, el precio de venta de la NAND ha aumentado y también el de los productos que los usan como las SSD. Pero a su vez ha aumentado notablemente la demanda del sector consumo, y sigue aumentando, por lo que no parece que vaya a haber una bajada de precio de la NAND y tampoco de las SSD.
Vía: Tom's Hardware.