El director ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, ha dejado ver su frustración por la tardanza en la entrega de los fondos de la Ley CHIPS, especialmente después de que la compañía ya haya invertido más de 30 000 millones de dólares en instalaciones de fabricación en Estados Unidos. En una entrevista con Yahoo! Finance, Gelsinger mencionó que, aunque la ley se aprobó hace más de dos años, Intel todavía no ha visto un solo dólar.
La Ley CHIPS, firmada en 2022, llegó con un presupuesto de 280 000 millones de dólares para impulsar la producción de semiconductores en suelo estadounidense y reducir así la dependencia de su fabricación en el extranjero. Sin embargo, la entrega de estos fondos va a un ritmo mucho más lento de lo esperado. Uno de los ejemplos claros de cómo afecta esto a Intel es la planta de 20 000 millones de dólares de Ohio, cuyo avance se ha visto ralentizado ante la falta de fondo federales.
Intel espera recibir 8 500 millones de dólares en subvenciones directas, otros 11 000 millones en préstamos a bajo interés, y un jugoso crédito fiscal del 25 % para inversiones de hasta 100 000 millones. Pero, hasta el momento, nada de esto se ha materializado, lo que ha puesto en pausa los planes de expansión en otros sitios de EUA, como Arizona, Nuevo México u Oregón.
La falta de agilidad en la distribución de los fondos también está generando ruido en la industria tecnológica, ya que podría complicar los esfuerzos de EUA para hacerse con un cacho más grande del mercado global de semiconductores y competir en mejor posición con otras grandes empresas de Corea del Sur o Taiwán. Gelsinger subrayó la urgencia de agilizar el proceso para que los objetivos de la Ley CHIPS puedan cumplirse y la industria estadounidense logre ser más competitiva en este sector clave.