Intel ha decidido posponer la construcción de su fábrica de semiconductores en Magdeburgo (Alemania) hasta 2029 o 2030. Este proyecto, que inicialmente contaba con una inversión de 30 000 millones de euros y una subvención gubernamental de 10 000 millones de euros, tenía como objetivo fortalecer la posición de Alemania en la industria tecnológica europea. Se engloba dentro de las subvenciones que también está dando la Unión Europea para aumentar la capacidad de producción de chips de la región.
La decisión de Intel se atribuye a dificultades financieras y a un programa de reducción de costes que incluye la eliminación de aproximadamente 15 000 puestos de trabajo. Esta medida ha generado preocupación en el Gobierno alemán, que ahora debate el destino de los fondos inicialmente asignados al proyecto. El ministro de Finanzas, Christian Lindner, sugiere reasignar estos recursos para aliviar el presupuesto federal, mientras que el ministro de Economía, Robert Habeck, aboga por mantenerlos en el Fondo de Clima y Transformación para impulsar el crecimiento económico y las iniciativas climáticas.
La demora en la construcción de la fábrica también plantea interrogantes sobre el futuro del terreno destinado al proyecto y la viabilidad de las autorizaciones obtenidas. Además, afecta a las expectativas de desarrollo económico de la región de Magdeburgo, que anticipaba la creación de 3000 empleos directos, más otros varios miles de la red de proveedores de la fábrica, y un impulso a la economía local.