Siempre he sido un gran fan de la saga de XCOM. Cuando salió el primero, X-COM: UFO Defense (X-COM: Enemy Uknownen Europa) en 1998, estábamos en plena ¿sexta? temporada de la serie de Expedientes-X y quizás influyera bastante en que estuviéramos más predispuestos a jugarlo.
El nuevo XCOM: Enemy Unknown se pondrá a la venta el 12 de octubre (el 9 en EE.UU) y tiene pinta de ser una actualización, muy buena, del clásico. XCOM es un equipo cuya misión es la de repeler una invasión alienígena de la Tierra, y para ello tendrán que ir creando y desarrollando su base, derribar naves espaciales para adquirir nueva tecnología e investigarla, y entablar lucha en tierra para limpiar zonas infestadas de alienígenas.
Firaxis sabe que tiene que apelar a su amplia base de fans, los que antes éramos unos niños y ahora tenemos dinero para comprar juegos, como ha quedado bien demostrado con el rotundo éxito de Diablo 3. Y para conseguirlo, debe sacar al mercado exactamente el juego que queremos ver: el original, con mejores gráficos, más contenido, y más entretenido. Pero con el 100 por cien de su espíritu.
El proceso de creación de bases y desarrollo de investigaciones será parecido, aunque las mejoras están aún por ver. Veremos un mapa planetario en el que ir conociendo la situación de la invasión planetaria. Los alienígenas capturados podrán ser diseccionados o investigado su comportamiento, que permitirá adquirir nueva tecnología con la que limpiar el planeta.
Lo más importante de los juegos de esta saga siempre ha sido el combate terrestre, y este será uno de esos pocos vestigios que quedan de juego por turnos. Al principio contaremos con el arsenal de la Tierra: rifles, cañones, y algún gadget como un lanzador de cuerdas con el que subirse a edificios al más puro estilo Batman. Y a partir de ahí, iremos desarrollando las armas basándonos en los diseños alienígenas y algunos de los grandes avances tecnológicos de la ciencia terrestre.
El juego promete ser un éxito, o al menos entre la fiel base de jugadores con la que cuenta ya la saga. Además, que Sid Meier esté metido en el desarrollo del juego siempre es un valor seguro sobre su jugabilidad y lo que se puede esperar de él.