La nueva generación de consolas casi ha llegado. Bueno, realmente podríamos decir que llegó con la Wii U a finales de 2012, pero realmente por hardware está a mitad de camino y por nivel de ventas no sabemos si incluirla en los fracasos de la generación actual o en la que está por llegar con la Xbox One y PlayStation 4.
Aunque todavía tiene tiempo de remontar de la mano de una bajada de precios de la consola, hay un debate mucho más importante y del que no somos plenamente conscientes en torno a las características de estas consolas. No es otro que el uso de Internet con ellas.
Parece una tontería, pero ambas consolas confían fuertemente en la red de redes para prestar un buen porcentaje de sus servicios. Todo el tema de redes sociales de las tres o compras digitales, como es obvio, no sería posible sin Internet. Es además a lo que más nos intentan hacer mirar los buenos chicos de marketing de Nintendo, Sony y Microsoft.
Luego tenemos a Microsoft queriendo que podamos compartir nuestros juegos con familiares y amigos, dejándoles acceso a los títulos que queramos de nuesta biblioteca de videojuegos. ¿El precio? Tener que hacer un "check-in" en los servidores de Microsoft una vez al día para poder autenticar nuestra cuenta de usuario, que se puede realizar incluso sobre una línea telefónica básica, y en mitad de la nada mediante nuestro teléfono móvil con datos.
Pero no convenció a los posibles compradores de una Xbox One, se quejaron, y Microsoft tuvo que dar marcha atrás. Digo supuestos porque entre mis grupos de amigos los únicos que se han quejado son los que se van a comprar una PlayStation 4 o son decididamente más fans de Sony, y sin embargo los que nos vamos a comprar la Xbox One estábamos encantados de poder intercambiarnos los juegos mientras nos reíamos de los de PS4 por no poder hacer lo mismo (y no vivimos precisamente uno al lado del otro como para poder darnos el juego en mano, y en algunos casos vivimos a cientos de kilómetros de distancia, algo que nos facilitaba enormemente prestarnos los juegos). Una vez que los adeptos a Sony han ganado esta ronda, me ha dejado de parecer gracioso.
Sony confía en Gaikai para proporcionar juegos en streaming a su PlayStation 4, y han anunciado que los juegos de PS3 llegarán por esa vía en 2014 a la consola de nueva generación. Por supuesto, ahora hay un montón de gente quejándose de que esto sea así ya que dicen que irá mal, se verá borroso, que si viven con Heidi y Blanquita en las montañas y no tienen buena conexión para usar el servicio, blablabla.
El caso es quejarse, y seguro que muchos de los que elevan la voz en contra de Gaikai ni siquiera se van a comprar la PlayStation 4. Pero como en todo en esta vida, hacen más ruido los que se quejan que los que estamos de acuerdo con este tipo de servicios en Xbox y PlayStation.
Porque, aunque lo tenga que recordar, vivimos en la era de Internet. Teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de la población vive en centros urbanos con acceso a ADSL, cable o fibra óptica, es una pena que no todos tengan acceso a una buena conexión. Pero no por ello se debe dejar de evolucionar el mundo de las consolas.
Muchos dirán que no hay nada que hagan las consolas que no hagan los PCs. Muy cierto. Pero la cuestión está en que las consolas te las dan montadas y listas para jugar a un módico precio, con la misma experiencia de usuario en todas ellas durante todo su ciclo de vida (diez años va a durar la generación actual previsiblemente), mientras que el PC lo tienes que ir renovando cada dos o tres años para poder seguir jugando a los juegos más recientes. Además de que un PC para jugar es bastante más caro que una consola.
Esta generación de consolas lleva siete años dando vueltas por el mundo. Quizás demasiado. Pero ha demostrado que sigue atrayendo la atención de los consumidores, y las empresas de videojuegos no han dejado de sacar títulos. Exitazos como Grand Theft Auto 5, exclusivo para Xbox 360 y PlayStation 3, demuestran que la piratería afecta negativamente al mundo del PC, y es lo que las compañías de videojuegos quieren evitar. ¿Habría invertido 265 millones de dólares en GTA5 Rockstar Games si lo hubieran publicado en PC? Ciertamente no.
Ojo, que piratería en las consolas también hay, pero es más "reducida", dependiendo también de qué consola y qué modelo. Pero el control mediante Internet de los usuarios y su listado de juegos instalados, en los tiempos que corren, es algo perfectamente normal y algo a lo que todos estamos ya acostumbrados. Léase aquí Steam, GameFly, GOG, u otros tantos servicios de venta de descarga digital de juegos.
Entonces, ¿por qué no queremos aceptar que vivimos en la era de Internet? Una pregunta difícil de contestar pero que puedo resumir perfectamente en "todo el mundo tiene una opinión para todo". En este caso, esa opinión puede afectar negativamente a la evolución de las consolas ya que, en vez de innovar como pretendía hacer Microsoft, la comunidad de internautas ha decidido quedarse estancada en el pasado, cuando no había Internet, cuando te llevabas la consola al pueblo para jugar durante el verano con los amigos.
Ahora ya hay Internet en mi pueblo, va bien, y en los próximos años las tarifas de datos para teléfonos móviles serán más comunes, mejores, y las redes cableadas también. Puesto que Xbox One y PlayStation 4 van a estar al menos cinco años dándonos buenos títulos a los que jugar, debemos plantearnos, no si Gaikai funcionará bien en mi caso, uno entre un millón, si no más bien si en ese plazo los "problemas" que les vemos serán solucionados.
Spoiler: la respuesta es sí. Esto de pedir innovar a las empresas y encima no dejarles innovar es triste, pero en el mundo de las consolas es lo que está ocurriendo. Pero yo confío en la madurez de Internet como la mayor fuente de innovación para ellas. Muchos de vosotros habrá tenido Internet en casa por primera vez hace menos de siete años (lo que hace que salió la generación actual de consolas), y en los próximos siete mucho va a cambiar.