La guerra de gráficos entre consolas es algo que existe desde el momento en el que hubo más de una consola en el mercado. Algo tan determinante en una consola como son los gráficos ha propiciado que las compañías lanzaran al mercado expansiones para que sus consolas fueran más potentes que las de la competencia (como el famoso Sega 32X). Pero en el presente las cosas funcionan de otra forma.
La guerra se recrudece cada día y Microsoft lanzó el primer ataque con el aumento de velocidad de la CPU de Xbox One de 1,6GHZ a 1,75GHz, consiguiendo un aumento de su rendimiento. Ahora es el turno de Sony que ha roto una de las cadenas de la bestia interior de PS4 liberando el uso para los desarrolladores del séptimo núcleo de su CPU.
Los procesadores de ambas consolas reservan la actividad de dos de sus núcleos de la CPU para tareas del sistema operativo. Microsoft liberó al séptimo núcleo de ese uso exclusivo y Sony sigue ahora sus pasos repartiendo el trabajo entre sistema operativo y tareas de procesamiento para los juegos, pero sin especificar cuál es el aumento de potencia que supone este paso.
Pero tranquilidad, esto no significa que se vayan a ver potencialmente mejores gráficos en PS4, además de que los juegos antiguos requerirán un parche para poder aprovechar esta capacidad de procesamiento extra, pero sí puede suponer un aumento en la estabilidad de los fps o un ligero descenso de los tiempos de carga.
Vía: Slashgear.