Se dice, se rumorea, que Stadia ha pinchado en hueso entre los jugones y que está muy por debajo de las previsiones de Google en cuanto a suscripciones. De momento es un runrún que de vez en cuando algún editor de alguna web importante como Kotaku están comentando, pero es difícil sacar conclusiones habida cuenta que solo ha pasado un día desde el estreno de Stadia.

Además del hecho de que las suscripciones y ventas iniciales del servicio están por debajo de lo esperado, se dice que las reservas tampoco han llegado a lo que Google previó, por lo que recupera algunas preguntas previas: ¿cuántos están dispuestos a pagar el PVPR de lanzamiento por un juego cuando en otras tiendas digitales está mucho más barato?

Bien es cierto que el no requerir de una máquina potente para jugar a los títulos de Stadia es una ventaja, pero quién no tiene un PC para jugar o una consola hoy en día si le gustan los videojuegos. Y quien no tiene un equipo semipotente para jugar por falta de dinero no creo que vaya a pagar 70 euros por un juego en Stadia —ya sabes, no se puede piratear—.

Stadia será el futuro de los videojuegos, pero no en el presente 2019. Los problemas iniciales de Stadia son meras anécdotas porque este tipo de servicios los va a tener, y en realidad no han sido graves —¿quizás por falta de jugadores?—. Pero Google no tirará la toalla con Stadia y más teniendo en cuenta que ha invertido en estudios de videojuegos. Es un proyecto a largo plazo que tendrá que evolucionar.

El problema de Google es cambiar la mentalidad de lo físico a lo digital, y eso ya ha pasado varias veces en las últimas décadas. Del «mi peli en VHS, gracias» al «prefiero tenerlo en la nube». Pero el precio de los videojuegos de Stadia duele bastante al bolsillo. Tampoco ha ayudado en la opinión inicial de Stadia la falta de las características prometidas. Es un buen empiece para la tecnología, que ha resultado fiable —a FHD, el juego a 4K llegará en 2020—, pero no deja de ser un servicio en beta.

Vía: VG24/7.