Microsoft ha nombrado la nueva Xbox como una «serie», y eso desde el principio me dio la sensación de que significaría que habría más de un modelo nuevo. Poco a poco los rumores han ido apuntando hacia ese extremo, y específicamente a una Xbox Serie S más barata que la Serie X. Dentro de lo extraño que es que el nombre de un producto incluya «serie» —tendría más lógica «Xbox Model X» y «Xbox Model S», como los Tesla, pero la falta de neuronas en mercadotecnia hace que la estupidez lingüística impere—, la existencia de esa Xbox Serie S ha sido reforzada con imágenes de la caja de un mando de Xbox que está preparando Microsoft.
La autenticidad de las imágenes es respaldada por varios medios importantes, incluido Ars Technica, pero siempre hay que tomarlas con una cierta dosis de escepticismo. En la caja de ese nuevo mando se puede ver en el lateral que sirve para las «Xbox Series X|S, Xbox One, Windows 10, Android, iOS». Es el nuevo modelo de mando que acompañará a la Xbox Serie X, pero en color blanco para los que lo prefieran de ese color. Se puede ver el nuevo diseño de la cruceta y los botones secundarios, pero un buen mando como es el de la Xbox One no necesita casi cambios.
De esta consola se ha hablado que tendría una unidad de procesamiento gráfico que alcanzaría los 4 TFLOPS frente a los 12 TFLOPS de la Xbox One S, y serviría por tanto para jugar a FHD/QHD en lugar de a 4K como promete Microsoft. La Xbox One X tiene una potencia de cómputo de 6 TFLOPS, pero es de una arquitectura distinta y no optimizada para jugar, una arquitectura Polaris frente a una RDNA, por lo que no se puede hacer una comparación directa entre los teraflops de ambas consolas. Por tanto, en juegos no creo que si se confirman esos 4 TFLOPS haya una excesiva diferencia de potencia entre la Xbox Serie S y la Xbox One X, aunque probablemente esta última siga siendo más potente.