Nintendo presentó hace un par de semanas una remozada Switch con pantalla OLED que ha desilusionado a muchos debido a que se esperaban que tuviera un cambio de procesador. Es básicamente la misma consola con una pantalla más grande y mejor, un soporte más grande y estable, tiene el doble de capacidad interna, y en la base ahora hay una toma Ethernet. El cambio supone apenas 20 euros más de PVPR, pasando de 330 euros de hace cuatro años a 350 euros cuando se ponga a la venta en otoño. Por eso ha habido ciertos análisis que pronostican más beneficios por unidad para Nintendo, y la compañía lo ha negado.
La compañía hace una referencia directa a los inversores y clientes para dejarles claro que la afirmación es incorrecta, probablemente para evitar que haya mayores expectativas de beneficios en sus resultados del último trimestre del año que puedan afectarle en bolsa. Sea como sea, es algo raro que las empresas nieguen este tipo de rumores.
Por otro lado, Nintendo también ha querido avisar de que no tiene planes de lanzar ningún otro modelo «en este momento». Que no los tenga ahora no significa que no los pueda tener en unos meses, y tampoco hace referencia a que no pueda estar desarrollando una «Switch Pro». Simplemente, lo que viene a decir la compañía es más bien algo así como «de aquí a final de año no va a haber ningún otro lanzamiento de consola». Para 2022 ya se verá.