Mayo de 2021, un inocente Poor-Man curioseaba por su muro de Twitter cuando de repente un tuit le llamó poderosamente la atención. Decía algo sobre un juego llamado The Ascent y estaba acompañado por un vídeo, así que no perdió más tiempo y se dispuso a verlo, y fue justo ahí cuando se produjo el flechazo. ¿Un juego estilo Diablo, con ambientación ciberpunk y posibilidad de jugarlo de forma cooperativa? Estaba lanzando los billetes a la pantalla, pero menos mal que descubrí que el juego estaría desde su lanzamiento en el Game Pass de Microsoft, así que mi pantalla no sufrió el impacto de mi triste billetera.

Y ahora escribo algunos días después de terminarlo, y si pudiera hablar con el Poor-Man emocionado al ver el juego le diría «calma, no te dejes llevar por las expectativas y espérate a probarlo». Y aquí estoy, a punto de analizar un juego que aunque tiene muchas cosas buenas, para mi sorpresa me ha decepcionado más de lo que me gustaría.

Vídeo

Bienvenidos a Veles

Como ya he dicho, lo que más me llamó la atención del juego fue su estilo ciberpunk, el cual siempre me ha encantado pero después de Cyberpunk 2077 me he vuelto un auténtico fanático de este subgénero de la ciencia ficción, y más cuando todo apunta a que no va a ser algo tan distópico como pensamos como la raza humana sigue por el camino que va.

Megacorporaciones, edificios gigantes, jáquers, inteligencias artificiales, prótesis robóticas, etc, The Ascent tiene el pack ciberpunk al completo. Al ser un juego pensado para un jugador o varios en cooperativo, la historia será lo que conduzca al jugador por la enorme ciudad de Veles, ciudad por supuesto controlada por la megacorporación The Ascent, que nada más empezar el juego se desmoronará creando un caos y un vacío de poder que muchos querrán aprovechar. Y en medio de este caos se encontrará el avatar del jugador, personalizado antes de empezar la partida, comenzará su trabajo de mensajero y matón.

Si, he dicho mensajero, la palabra maldita para muchos juegos y The Ascent no se libra. Creo firmemente que sus desarrolladores se empeñaron mucho en que el juego tuviera una narrativa interesante, un mundo lleno de detalles y un enorme trasfondo como demuestran sus espectaculares cinemáticas, el códice lleno de términos y explicaciones, y los diálogos con los personajes, doblados al inglés, y que aportan mucha información sobre la trama, pero les ha salido regulín. De verdad que quise poner interés en cada aspecto de la historia, empaparme en su mundo, pero cuando ves que misión tras misión lo único que tienes que hacer es ir, disparar a lo que te digan y volver, al final terminé perdiendo el interés con todo el dolor de mi corazón.

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Mecánicas con claroscuros

Sobrellevar tanta misión de ir y matar no fue algo fácil, empezando porque os obligará a recorrer el mapa a pie una y otra y otra vez, ya que el viaje rápido o escasea mucho y te obliga a andar hasta él para viajar entre zonas, o cuesta dinero y hasta la mitad o final del juego no tendréis suficiente como para usarlo a placer, y aún así los cambios entre zonas (que no serán pocos) hay que hacerlos a pie, lo que hará que termines aborreciendo hacer misiones secundarias, algo que a mi me encanta. Por cierto Dead Nation, si tus mapas tienes varios niveles, refléjalo de alguna forma en el minimapa, porque es frustrante buscar objetos que están por encima o debajo de ti

Pero hay dos cosas que harán que todo merezca la pena. La primera de ellas es todo lo relacionado con disparar y las habilidades. Existe un arsenal muy variado a lo largo del juego (pistolas, ametralladoras, escopetas, lanzallamas, lanzacohetes, etc), que se podrán mejorar por modelo, es decir, mejoras un modelo de arma en concreto y todas las que encuentres de este tipo tendrán ese mismo nivel. Enemigos y baúles podrán entregar armas, y piezas de armaduras de diferente calidad que, sumado a los puntos que se ganarán por las subidas de nivel, y que irán aplicados a diferentes características del personaje (probabilidad de crítico, evasión, energías para usar armas secundarias y habilidades, etc), convierten a The Ascent en todo un RPG con toques de shooter-looter, o lo que es lo mismo, no le cojas mucho cariño a esa armas que te va a aparecer una mejor en un rato.

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Todo este sistema de armas y habilidades, entregan un sistema de combates muy satisfactorio, con posibilidad (si quieres seguir vivo) de usar coberturas y disparar por encima de ellas manteniendo la cabeza a cubierto. No hay que olvidar las granadas y habilidades, las cuales serán imprescindibles para salir vivo de los conflictos, y que tendrán una variedad de efectos muy amplia, desde crear burbujas protectoras, congelar a los enemigos, invocar drones que funcionan automáticamente o una armadura en la que meterse y freír a los enemigos. Será trabajo del jugador saber equiparse con lo que más le conviene en cada momento, porque aunque las peleas rutinarias no supondrán ningún esfuerzo, los jefes te harán sudar si no vas preparado.

Un apartado gráfico que quita el hipo

La segunda parte que hará que se te olvide todo lo malo de este juego, y lo más destacable sin duda es su apartado gráfico y su arte. Cuando vi el tráiler de este juego quedé totalmente enamorado de este y todo lo que se ve en el juego final ha afianzado mi amor hasta el extremo. El juego no solo cuenta con un nivel fotorealista muy alto, haciendo funcionar tecnologías como el SSL y el trazado de rayos a toda máquina para obtener un resultado impresionante, si no que además el nivel de detalle de todos los personajes y escenarios es casi apabullante.

A sido gracias a este nivel de gráficos y de detalle, como he podido sobrellevar el asunto de ir de un punto a otro del mapa, porque siempre descubría un detalle nuevo con el que me quedaba embobado, o me ha empujado a hacer nuevas secundarias para ver las cinemáticas de presentación de nuevos personajes. Pasear por Veles, conocer a su gente, ver los fondos que se extienden hasta casi el infinito, recorrer sus calles llenas de suciedad y decadencia, para luego ascender y ver el contraste que aportan los pasillos de las megacorporaciones. Ha sido todo una delicia.

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Un juego sencillo, pero bonito

The Ascent es un juego que te tiene que entrar por los ojos. Jugablemente es entretenido, hará que sueltes adrenalina apretando botones y viendo como los enemigos saltan en pedazos, pero que en otros momentos hará que te desesperes un poco cuando veas que tu siguiente misión está al otro lado del mapa y tienes que ir a pie, o te vuelvan a asignar una misión exactamente igual que la anterior. Así que la belleza visual de este juego, que no es poca, será el elemento diferenciador.

Aún así, me encantaría que le fuera bien al juego para en un futuro, ver una segunda parte donde se pueda seguir disfrutando de este espectáculo gráfico, y donde las partes más flojas del juego se hayan corregido. No se trata de un juego muy largo, entre unas 15 y 18 horas, así que si queréis un juego sencillo para desengrasar entre otros dos que sean más pesados, os invito a echar un ojo a The Ascent.

Vídeo

Puntuación

7.0

sobre 10

Lo mejor

  • Su apartado visual
  • Lo satisfactorio que es pegar tiros

Lo peor

  • Los desplazamientos por el mapa
  • Misiones algo repetitivas