La compra de Activision Blizzard es de muy alto nivel por el valor de la operación, unos 68 000 millones de dólares, por lo que los gobiernos están procediendo a un escrutinio del acuerdo de venta con Microsoft. Aunque hay algunos que han dado el visto bueno sin pegas, como el de Brasil, en los países desarrollados el escrutinio está siendo muy alto por los problemas que puede plantear en en terreno de la competencia. La Comisión Europea ha iniciado formalmente su investigación por lo que tendrá noventa días para publicar los resultados.
El principal problema que ve es que se «reducirá significativamente la competencia en el terreno de la distribución de videojuegos de PC y consolas», lo que incluye la apuesta de Microsoft por añadir los juegos de Activision Blizzard a su Game Pass así como su servicio de retransmisión. También ve con malos ojos que ciertas franquicias y videojuegos dejen de estar disponibles en la competencia, como Call of Duty, aunque no menciona a PlayStation expresamente.
El problema de fondo en realidad es el Game Pass y que no está disponible fuera de Windows y Xbox. Hacer más gordo a este servicio con la compra de Activision Blizzard es un monopolio en ciernes, por lo que Microsoft tendrá que hacer concesiones si quiere que la compra salga adelante. Si se bloquea en un país, la compra no se podrá finalizar. Aunque no lo menciona, dice que Linux y macOS no podrán hacer frente a la oferta que supondría Game Pass de cerrarse el acuerdo de compra. Diversos juegos de Activision y Blizzard están disponible para macOS, pero no hay noticias de un Game Pass para este sistema operativo —ni intención que tendrá Microsoft—. Lo mejor que podría hacer Microsoft es ir valorando abrir el Game Pass a otras plataformas, o hacer concesiones de permanencia en PlayStation, por ejemplo.
Vía: Comisión Europea.