Mad Max: Furia en la carretera ha sido uno de los grandes éxitos de Warner Bros. en los últimos años. La nueva entrega de Max Rockatansky, interpretado esta vez por Tom Hardy, se vio impulsada por la aparición de Charlize Theron, en un papel que le robó protagonismo, en el buen sentido, y que contribuyó a meterse al público femenino en el bolsillo, cosa poco habitual en una cinta de acción.
El director, George Miller, acaba de demandar al estudio, alegando que no le ha pagado una bonificación de unos 7 millones de dólares, la cual figuraba en su contrato, por el éxito de la película. En este se estipulaba que, si el coste de producción no superaba los 157 millones de dólares, recibiría esta bonificación. El exceso de los costes de producción se habría debido a decisiones por parte de Warner Bros., los cuales provocaron modificaciones sustanciales que se tradujeron en gastos extraordinarios y retrasos, los cuales han sido tenidos en cuenta en su cálculo del presupuesto.
Además, desde Warner Bros. habrían infringido otro acuerdo, relativo a la cofinanciación del proyecto por el cual, si desde el estudio buscaban financiación adicional, se le daría a la compañía de Miller la oportunidad de proporcionarla. Al haber llegado Warner a un acuerdo con RatPac Entertainment para que esta financiase el 12,5 por ciento de la producción, habría sido una violación del acuerdo.
El caso está ahora mismo en manos de los tribunales australianos. Warner Bros., por su parte, ha indicado que no está de acuerdo con las acusaciones de Miller y que se defenderán de ellas «vigorosamente».
Vía: Bleeding Cool.