No es muy corriente utilizar dos series con diferente ambientación dentro de un mismo artículo, pero son dos ejemplos de la cara y la cruz dentro del género de la ciencia ficción. También tienen en común al canal SyFy y que ambas tienen dos temporadas disponibles en Netflix España, porque a partir de ahí empiezan las diferencias. Para empezar a describir estas series, quiero decir que Helix es de 2014 y que nunca tendrá una tercera temporada, mientras que The Expanse es una serie de 2015 con tres temporadas y una cuarta aún en el aire.

Quiero comenzar comentando lo que veo como el gran problema de las series actuales, y es el desarrollo de los personajes. Hoy en día suelen recurrir a ambientaciones que hace una década ni siquiera conseguían algunas grandes producciones cinematográficas, lo cual crea expectativas superiores a lo que uno al final se encuentra en la serie. La cuestión es si esta ambientación consigue distraer el espectador de los posibles fallos que pueda tener la serie y eso está relacionado con el público que la está viendo.

La cara: Helix

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Helix empieza con una ambientación claustrofóbica en un centro de investigación biológica en el ártico, con tonos grises o de laboratorio y pocas escenas cromáticas. La línea temporal de cada capítulo equivale a un día, por lo que resulta atractivo desde el principio y aporta un gran comienzo con una gran ambientación. Con la implicación de Ronald D. Moor, guionista de varios títulos y series, pero más conocido por las series de Star Trek y Battlestar Galactica, y de Steven Maeda, que participó en The X-Files, CSI: Miami y Lost entre otras, las expectativas son muy altas.

El problema de esta serie es que empieza tal y como uno se espera, con un argumento que avanza perfectamente, con dosis medidas de sustos, momentos de tensión y demás escenas que te van a mantener pegado al asiento y esperando el siguiente capítulo. A partir del ecuador de la temporada es cuando uno se da cuenta de que las cosas empiezan a enmarañarse poco a poco y empieza a pasar lo que he comentado: el desarrollo de algunos personajes deja de tener sentido, el de otros es un completo desperdicio de lo que podrían hacer con ellos, hay apariciones que ni siquiera tienen función lógica y actores que, simplemente, no encajan en la serie.

En ese punto también empiezan a buscar el susto fácil y la sorpresa rápida, y para ello no dudan en utilizar escenas que, simplemente, no son creíbles o son totalmente ridículas. Si la primera temporada empieza bien pero termina mal, la segunda temporada sigue lo visto a partir del ecuador de la primera, aunque lo suavizan. Cambian la ambientación claustrofóbica del ártico por una isla donde reina una secta, pero esta vez con dos líneas temporales mal buscadas. Poco a poco se incrementan los errores de la primera temporada, y el final, además, deja demasiados cabos sueltos, así que te quedas pensando que mejor no hubieras siquiera empezado a ver la temporada. Es la primera vez que me atrevo a no recomendar directamente una serie, primero porque pienso que termina decepcionando a cualquier espectador, pero si eso es algo subjetivo lo seguro es que te va a dejar a medias.

La cruz: The Expanse

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Ya empezando con The Expanse, basada en la novela de James S. A. Corey, comienza en un sistema solar en fase de colonización humana donde los viajes interplanetarios son posibles y tenemos colonias por todos los planetas de nuestro sistema. El sistema se divide en dos grandes facciones, por un lado la Tierra y la Luna, dirigidos por Naciones Unidas y, por otro, los marcianos, independizados de la Tierra en una sociedad completamente militarizada. Por supuesto, ambos están enfrentados entre sí. Como tercer bando en discordia están los cinturonianos, que son los habitantes del cinturón de asteroides. Ellos viven una situación bastante precaria por la escasez de recursos y los problemas físicos de criarse en microgravedad, la mezcla perfecta para los «grupos radicales exoterrícolas».

Los primeros capítulos empieza con tres tramas separadas y bien diferenciadas, con el argumento de una película policíaca en el cinturón, el del típico género de naves espaciales y se añade una pequeña guinda de política interplanetaria ambientada en la Tierra. Eso sí, todas guardan relación entre ellas. Algo de agradecer es que son bastante fieles a las físicas, leyes de la gravedad y biología, aunque se tengan que tomar ciertas licencias para que la serie sea también amena, como escuchar los disparos de las naves en el espacio, o para que no tenga un presupuesto imposible de asumir, como que no siempre se ven los cinturonianos con los dos palmos que sacan a los terrícolas en altura. Esto ya indica que está orientada al público actual y no pretende el entretenimiento fácil.

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Al final de la segunda temporada empieza a flojear un poco, sobre todo con alguna caracterización que no deja claro que sucede en el trasfondo de su personaje. También ciertos aspectos novelescos empiezan a aparecer y estropean en parte el disfrute de la serie, pero no lo suficiente como para dejar de verla. Arrastra también el problema con cualquier serie ambientada en un mundo distópico cuando el mundo creado ya está presentado y se centran en dar protagonismo a las tramas de la serie.

The Expanse también tiene varios nombres con cierta importancia detrás de la serie: Mark Fergus y Hawk Ostby, guionistas de Los Hijos de los Hombres, y Naren Shankar, que participó en CSI, Star Trek: Deep Space Nine, SeaQuest 2032, Grimm y Star Trek: Voyager. El problema de esta serie es que, de momento, la cuarta temporada está cancelada, aunque al ser financiación propia solo necesitan que algún canal la compre, como Amazon o Netflix, así que han iniciado una campaña para reunir firmas y seguir con el rodaje. Mientras tanto, en España estamos esperando a que se estrene la tercera temporada en Netflix.

Lo mejor y lo peor de la ciencia ficción

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Para terminar con esta doble opinión quería comentar que el reparto de actores está bastante conseguido en ambos casos independientemente del resultado tan dispar. Hay que mencionar especialmente a Hiroyuki Sanada, el Dr. Hiroshi en Helix, ya que sorprende desde el principio con su personaje, aunque la trama termina por estropear todo lo que podían haber sacado de él. Esperemos que su papel en Westworld sea similar.

Cambiando de serie a The Expanse, quería comentar que Steven Strait, el capitán James Holden, me saca de la inmersión de la serie. Comento esto porque ya vi que es una opinión bastante generalizada y no una sensación personal. No pretendo decir que hace un mal papel, es que simplemente no encaja y es el gran punto negativo de toda la serie, sobre todo porque es uno de los tres protagonistas principales. Otro problema de la serie es el papel de Wes Chatham como Amos, que prácticamente hace de sombra de la ingeniera Naomi, encarnada por Dominique Tipper.

Durante la primera temporada no se entiende muy bien al personaje y, durante la segunda, consiguen explicar perfectamente sus motivaciones para dar un giro al mismo que no deja muy claro qué ocurre con él por culpa de ciertas escenas no muy conseguidas. Sé que no estoy siendo muy claro con estos análisis, pero no quiero tampoco adelantar nada de la historia y, quien haya visto ambas series ya lo conoce, mientras que quien le dé una oportunidad a cualquiera de ellas se terminará dando cuenta de a lo que me refiero.

Fuente: Netflix: «Helix», Netflix: «The Expanse».