Tras unas cuentas modificaciones a finales del año pasado a Chrome OS, el sistema operativo de Google para portátiles, ciertamente ha ganado fuerza e interés para el usuario. Entre otras cosas, ahora ya permite el uso de documentos de forma offline, por lo que ya no se le puede tildar de "notebook solo para Internet".
Por eso quizás empresas como Acer se plantean dejar de sacar portátiles para Windows 8 (ya que el presidente de la compañía lo tilda de fracaso de Microsoft) y ponen sus ojos en el sistema operativo de Google, quizás por el tirón que está experimentando la compañía entre todo tipo de público. Incluidas las escuelas, a las que el año pasado ha conseguido aumentar en un 100 por cien a las que ha enviado Chromebooks en todo el mundo. Ya son más de 2.000.
Entre otras cosas, es barato. No voy a negar que pagar tan poco como 200 euros por un Chromebook de Samsung, que sirve perfectamente para trabajar (léase editar documentos mediante Google Docs o navegar por Internet) no los convierta en atractivo. Además, con la calidad de fabricación de Samsung, por 250 euros es una ganga.
Institutos como St. Thomas Aquinas High School de Florida ya disponen de 2.200 equipos que usan Chrome OS. Además, el Acer C7, por 199 dólares, ahora es entre el 5 y 10 por ciento de las ventas en EE.UU de la compañía. Y seguramente, este año sigan apostando por el sistema operativo de Google aunque, de momento, no sirva más que para trabajar. Pero tiempo al tiempo.