El principal objetivo del mini ordenador Raspberry Pi, del tamaño de una tarjeta de crédito, era el usarse para enseñar a los niños a programar desde la escuela. Parece que Google, un año después de presentarse, ha cogido al pie de la letra la filosofía detrás de este revolucionario ordenador de tan sólo 35 dólares.
Por eso va a donar 15.000 de estos ordenadores, del modelo B, a los niños de las escuelas de Reino Unido. Lo ha anunciado Eric Schmidt mientras visitaba Cambridge, mientras enseñaban a los niños a programar durante una mañana. Habrá empresas como OCR, que creen packs del ordenador, e intentarán identificar los niños que más pueden salir beneficiados de poseer una.
En total, la inversión no es más de 500.000 dólares, una cantidad casi insignificante en los miles de millones que ganan cada año. Y quién sabe, igual de entre esos niños encuentren al próximo programador que revolucione el panorama del software mundial.