Hace unos días saltaba la noticia de que Microsoft podría volver a ser multada por la Unión Europea, y hoy se ha hecho realidad. En total tendrá que pagar 561 millones de euros por un cargo por el que es reincidente: no dar alternativas a Internet Explorer en una nueva instalación de Windows.
Realmente ha sido motivado por un "fallo" en la circulación del Service Pack 1 de Windows 7 en mayo de 2011, que duró hasta julio de 2012, momento en el cual Microsoft liberó un parche para que volviera a aparecer la ventana de selección de explorador por defecto en Windows. La multa de hoy, la cantidad tan alta, es más por ser reincidente en este tema, del que dio mucho de lo que hablar hace 10 años, cuando Microsoft hacía lo imposible para que Internet Explorer se convirtiera en el único navegador en Windows, y que alternativas como Netscape no pudieran triunfar. La jugada le salió mal, y el resto es historia, que frutificó en 2009 en una multa en base a las leyes antimonopolio de la Unión Europea.
Teniendo en cuenta que Microsoft tiene aproximadamente 68.000 millones de dólares en efectivo en los bancos, no parece que vaya a quedar más que en un pago, molesto, pero pequeño con respecto a sus ingresos anuales. La cifra podría haber llegado a suponer un 10 por ciento de esos ingresos, o unos 7.300 millones, que ya habría sido una cantidad elevada para realmente el problema que ha sido. La Unión Europea simplemente ha indicado que durante el tiempo que estuvo la ventana de selección de navegador, 84 millones de usuarios descargaron alguno de los que se ofertaban, y que ha sido la primera vez que multan a alguien por no acatar una decisión de la UE. A partir de ahora, seguro que Microsoft tiene más cuidado con este y otros temas.