Aunque muchos estamos esperando que los chicos de iFixit desmonten un Galaxy S4, que hagan lo propio con el HTC One tampoco desagrada. Y es que en este caso han salido algunas cosas interesantes, como por ejemplo que no se puede casi ni abrir sin que haya riesgo de dañar el móvil.
Para separar la pantalla hay que recurrir a aplicar calor a la pantalla y a una ventosa, lo cual ya representa un impedimento para que cualquiera pueda realizar pequeños arreglos en el móvil, como sí es posible en el BlackBerry Z10. La separación de los demás componentes requiere bastante cuidado, y hasta la batería es prácticamente imposible de reparar ya que al ser una pieza única de aluminio el móvil, está pegada a la parte inferior. Acceder a ella requiere desmontar la pantalla, desmontar la placa base, y despegarla con mucho cuidado. Misión imposible.
Pero no todo son pegas, ya que al estar hecho de una única pieza de aluminio lleva a que el exterior agunte mejor las caídas, salvo por las pequeñas placas superior e inferior, que se separan con golpes fuertes y se hace casi imposible de volver a poner en su sitio.
La nota de reparabilidad por uno mismo del HTC One es de 1 sobre 10, muy por debajo del 7 de 10 del iPhone 5 (aunque también necesitaba una ventosa para quitar el cristal, pero sin riesgo de romperlo).