Desde que Samsung presentara el Galaxy S3 prácticamente todos los teléfonos que han salido de sus fábricas han contado con un diseño muy parecido. El Galaxy S5 no es una excepción. Lo que tenemos en el nuevo buque insignia de la compañía es el mejor hardware del momento con algunas nuevas características. Pero sigue teniendo un punto débil en el diseño de sus terminales.
Especificaciones y diseño
Samsung ha seguido la tendencia de la industria de incluir una pantalla de más de 5 pulgadas en el Galaxy S5 con resolución 1080p. Al menos por un estrecho margen, ya que es de 5,1 pulgadas. Siendo de tecnología Super AMOLED, la mejor que hay ahora mismo en el mercado, su pantalla se puede considerar como la mejor del momento, con buenos ángulos de visión y visibilidad con la luz directa del sol.
Una de las novedades de Samsung es que cuenta con certificación IP 67 de resistencia a agua y polvo, y podréis ver que los puertos están cubiertos por unas tapas que tendremos que poner y quitar para acceder a ellos. El teléfono es ligero, 145 gramos, pero es ciertamente grande: 142 x 72.5 x 8.1 mm. La sensación que tiene en la mano sigue siendo de plástico, ya que salvo Apple y Huawei pocos fabricantes utilizan aluminio en sus creaciones.
El hardware que le acompaña va a hacer que vaya realmente fluido: Snapdragon 801 y 2GB de RAM. Hay que añadirle un lector de tarjetas microSD de hasta 128GB y batería extraíble. Por supuesto cuenta con LTE, cámara frontal de 2,1MP, trasera de 16 megapíxels (de la que hablaré más adelante) y la mejor conectividad que se pueda encontrar hoy en día: Bluetooth 4.0LE, Wi-Fi 802.11ac, NFC, DLNA, Miracast, GPS, GLONASS...
La batería de 2.800 mAh va a hacer que nos dure lo suficiente como para no tenerlo que cargar antes de que volvamos a casa. Además, el modo de ahorro de energía que ha incluido Samsung, que sólo deja las funcionalidades más básicas, hará que no nos tengamos que preocupar de la batería si nos queda todavía una hora para llegar a casa y necesitamos hacer alguna llamada importante. Además tarda algo menos de 2 horas en cargar completamente, y si nos puede dar 10 horas de duración navegando por internet sobre WiFi o de llamadas.
En general es un buen teléfono, pero tiene algunas pegas, sobre todo en el apartado de los sensores. Samsung ha querido incluir un lector de huellas dactilares, pero la implementación que ha hecho es horrible. A diferencia del iPhone, que es simplemente tocar el sensor (y desde iOS 7.1 funciona realmente rápido, bien y muy fiable), Samsung ha optado por tener que deslizar de arriba hacia abajo el dedo sobre el botón de inicio. La mayoría de las veces no nos va a reconocer la huella, y además evita que se pueda utilizar a una mano salvo que seais capaces de coger el teléfono de una forma realmente rara.
Otro sensor que ha incluido, y que realmente no aporta mucho al teléfono, es uno de ritmo cardíaco en la parte posterior debajo de la cámara. No sé si habrá mucha gente que lo termine utilizando, pero quizás en combinación con los relojes inteligentes de la compañía, Gear 2 o Gear Fit, sea de utilidad. Para para la mayoría de los usuarios no aportará mucho.
Rendimiento
El rendimiento de este teléfono es excepcional. Pocas pegas se le pueden poner, ya que Samsung ha hecho una buena labor de optimización para que el bloatware que incluye no tenga un impacto negativo en la fluidez general del teléfono. Incluso siendo así, tampoco molestaría al usuario normal que se redujera un poco, pero puesto que las compañías (al fin) han dejado de trucar sus teléfonos para que tengan mayor rendimiento en las aplicaciones de benchmarking, les toca demostrar que son los mejores como se ha hecho de toda la vida: optimización, optimización, optimización.
En las pruebas de rendimiento de SunSpider (JavaScript, de uso común en cualquier web), queda simplemente estupendo. El Snapdragon 801 a 2,5 GHz hace su labor excepcionalmente, aunque no consigue ganar al iPhone 5s. En su favor hay que decir que la arquitectura de 64 bits del Apple A7 es mejor para este tipo de pruebas de rendimiento, por lo que si con una arquitectura de 32 bits se queda tan cerca, es un buen síntoma de que el teléfono rinde muy bien.
Por otra parte en las pruebas de Geekbench de un solo núcleo y multinúcleo, también queda el primero de Android de los que hemos tenido la oportunidad de realizarles benchmarking en Geektopía. El Apple A7 sigue teniendo una clara ventaja en tareas mononúcleo por su arquitectura 64 bits (Geekbench incluye pruebas por ejemplo de cifrado para las que es superior frente a una arquitectura de 64 bits), pero en el multinúcleo el Galaxy S5 se cuela como el mejor, salvando la diferencia de que el A7 tiene dos núcleos y el Snapdragon 801 tiene cuatro núcleos. Esto lo explicamos en su momento en el artículo "Cuatro núcleos no siempre son mejores que dos".
El apartado gráfico siempre me gusta comentar lo evidente: el iPhone 5s tiene una resolución de 1136 x 640 píxels frente a una resolución de 1920 x 1080 píxels de los gama alta de Android. Esto claramente es una ventaja para el procesador Apple A7 y GPU PowerVR serie 6 (la gama alta de las GPUs móviles) frente al Snapdragon 801 y GPU Adreno 330. A la hora de la verdad, el Galaxy S5 queda en muy buena posición. En la práctica, la mayoría de los usuarios a la hora de jugar no notarán la diferencia a partir de 30 fps.
Por último, puesto que cuenta con interfaz eMMC 5.0 para el almacenamiento, el leer y copiar contenido a la memoria interna del teléfono se hace en un suspiro. Con velocidades de lectura secuencial de 110MB/s y aleatoria de 12MB/s es un sistema de almacenamiento realmente rápido para lo que estamos acostumbrados. Teléfonos como el Nexus 5 se "conforman" con velocidades de 70MB/s, y otros teléfonos con Snapdragon 801 están a la altura del S5.
Cámara y software
Samsung ha mejorado la cámara en este Galaxy S5 con un sensor de 16 megapíxels. En los tiempos que corren, no podemos dejar de insistir en que más megapíxels no implica mejores fotos. Hay parámetros más importantes a tener en cuenta por encima de los megapíxels como el tamaño de los píxels (1,12 µm en este S5), la apertura y, todavía más importante, el software que acampaña a la cámara.
El software de la cámara es en el que los fabricantes intentan innovar más y el que es más diferente entre dispositivos Android. El del Galaxy S5 acompaña bastante bien, y es capaz de exprimir mucho el hardware que incluye el dispositivo. Si bien saca muy buenas fotos con luz del día, casi excepcionales, cuando llega la nota tiene dificultades a la hora de tomar fotos que se puedan utilizar. Pero como es un problema común a todos los teléfonos, no se hasta qué punto se le puede tener en cuenta, ya que además las saca mejor que otros de la gama alta.
Tiene también enfoque rápido, pero no se acerca al del iPhone 5s, que para mi gusto es con el que más rápidamente se pueden sacar fotos, en muchos casos y con luz de día no hace falta ni siquiera esperar para disparar. Otros teléfonos necesitan algo de tiempo para hacer el autofocus después de darle al botón de disparo, pero el Galaxy S5 lo hace en un suspiro. Si estás buscando un teléfono con buena cámara, el Galaxy S5 está a la altura del Xperia Z2 y el iPhone 5s, salvando pequeños detalles.
Samsung también ha querido en este S5 proporcionar al usuario algo que sólo puede proporcionar Samsung: una buena cantidad de aplicaciones de pago de forma gratuita. Con la compra de un Galaxy S5 obtendremos un año de suscripción a Evernote, juegos como Cut the Rope 2 de forma gratuita, acceso a The Wall Street Journal durante un año, 50GB de Box durante seis meses, y más.
La interfaz TouchWiz también ha sido modificada ampliamente por Samsung para adaptarla a los tiempos que corren en el mundo del diseño: simplificación y colores planos. Personalmente me gusta la interfaz de Samsung, pero seguro que a muchos que odian el TouchWiz la seguirán odiando. Esta simplificación se ha llevado a las aplicaciones de Samsung, la pantalla de ajustes y todo aquello que suelen personalizar los fabricantes en su versión de Android. En un futuro espero que lo lleven a Google Play como es la tendencia actual de Sony.
Conclusión
Samsung cada año intenta innovar. Más que Apple. Pero pocos años lo consigue por que sigue empeñado en que su enemigo a batir es Apple en lugar de sus compañeros de Android. Esos son sus verdaderos rivales que le están haciendo perder cuota de ventas y que, de no cambiar, puede que vaya a peor.
El Galaxy S5 es un buen teléfono, muy completo en todos los aspectos, en el que el lector de huellas dactilares y el lector de ritmo cardíaco tienen una utilidad marginal. En cuanto Samsung actualice el software del lector de huellas (que ya ha hecho en las tabletas Galaxy Tab S), puede ser realmente útil, no tanto para desbloquear el teléfono si no para realizar pagos de forma más cómoda.
La resistencia a polvo y agua es un gran extra ahora en el verano, y el teléfono cuenta con una buena resistencia a golpes, caídas y rayaduras, algo muy positivo. El hardware que incluye y el rendimiento son realmente buenos, y la cámara también. Pero al final del día, como ha ocurrido con el resto de gamas alta de este primer semestre del año, no proporcionan nada que no te proporcionara la gama alta de Android de finales del año pasado.
Esto es importante por que la generación de la gama alta Android del año pasado está a un precio mucho mejor y son teléfonos por calidad/precio mucho más interesantes, con el LG G2 a la cabeza, seguiro por el Xperia Z1 y Z1 Compact. ¿Se puede considerar el Galaxy S5 como un gran teléfono? Sin duda. ¿La mejor compra del momento? Seguramente no, hasta que no lleguemos a otoño y baje su precio hasta los 400-450 euros. Pero si quieres el mejor teléfono del momento, esta sería una buena elección, pagando su precio.
Puntuación
8.3
sobre 10Lo mejor
- Buena duración de batería
- La pantalla es realmente buena
Lo peor
- El diseño y su tacto son aburridos y no parece un gama alta
- El lector de huellas es poco útil
Calidad/precio | 8 | |
Diseño | 7 | |
Batería | 9 | |
Cámaras | 8 | |
Rendimiento | 9 | |
Pantalla | 10 |