Puesto que los futuros iPhone sólo van a contar con procesadores de 64 bits, Apple va a forzar a los desarrolladores a subir sus aplicaciones con compatibilidad para la arquitectura de los chips A7 y A8. A partir del 1 de febrero comenzarán a rechazar en la App Store las nuevas aplicaciones que no cuenten con este tipo de soporte.
Además, a partir del 1 de junio, las actualizaciones para las aplicaciones existentes deberán contar también con este tipo de compatibilidad. Será días antes del WWDC 2015, que todavía no tiene fecha exacta, y previo a la presentación de iOS 9 y OS X 10.11. Este tipo de medidas por parte de Apple son habituales, ya que también introdujo requisitos similares para aplicaciones nuevas y actualizaciones para que se adaptaran al diseño de iOS 7.